Por un
momento parece que las dudas que siempre han estado ahí, contigo día a día,
comienzan a desvanecerse.
Pero
solo es una ilusión porque seguirás teniendo siempre las mismas dudas.
Pero
durante ese breve instante en el que la claridad te llega y te envuelve,
descubres y entiendes la verdad. Al menos una de las muchas verdades.
La
verdad de que aquello que tenías por seguro, aquello que ya dabas por sentado,
aquello que considerabas «la verdad» no era más que una ilusión, una utopía.
Al final
entiendes que lo que creías tener, jamás lo tuviste. Que lo que creías amar,
jamás lo amaste.
Todo
esto te llega en un solo instante, pero es suficiente para darte cuenta de tu
error durante este tiempo.
Sin
embargo, te das cuenta de que hay algo más. Algo no tan claro, algo en lo que
no habías reparado.
Algo
más... esquivo.
De
pronto ves que, delante de ti, tienes algo en lo que jamás te paraste a pensar.
Ves que hay algo que siempre ha estado ahí, pero tú has estado tan ciego que no
lo has visto. O que no has querido verlo.
Algo con
lo que no contabas aparece sin más.
De la
misma forma que comenzó la desconfianza, sientes como renace algo que hacía
mucho que no sentías en tu interior.
Vuelves a… confiar en alguien.
Porque
quieres creer que, ese alguien que lleva un tiempo ahí, puede ser tu última
esperanza de redención. Porque debes darle una oportunidad. Sabes que debes
hacerlo.
De la
misma forma que el odio te inundó y aprendiste a convivir con él, aparece aquel
sentimiento inicial por el que todo comenzó. Vuelves a… querer a alguien.
Y ese
instante pasa.
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Vuelves a tener dudas. Las mismas de siempre.
Sigues perdido. Igual que siempre.
Pero...
En el
fondo de tu corazón algo ha cambiado. En tan solo un instante. Un gran cambio
se ha producido.
Ahora ya
sabes quién está contigo, y quien no lo está.
Sabes en
quien puedes confiar, y quien se merece tu desconfianza.
Quiénes
son tus amigos y quienes no lo son.
Y ahora
crees saber por quién debes luchar a partir de ahora.
Luchar
por alguien.
Luchar
por alguien a quien quieres.
Y aunque
ella está inundada de ira y sed de venganza, sabes que tú puedes mostrarla como
controlar esos sentimientos y utilizarlos a su favor. Lo sabes muy bien.
Lo sabes
tan bien porque siempre has convivido con ellos. Ellos han sido tus únicos
amigos y, al final, llegaste a aceptarlos como parte inseparable de ti.
Entonces lo decides. Lucharás y la enseñarás.
Y aunque
el destino sigue estando completamente borroso, ahora ya ves claro el viaje.
Al menos
ya no estás perdido. Ahora se extiende ante ti un camino nuevo que debes
recorrer. Y lo haré.
Lo haré
porque ahora tengo algo por lo que luchar.
-Alguien
por quien luchar-.
Fanfiction basado en Darth Revan, personaje de Star Wars:
Caballeros de la Antigua República.
©
José Carlos Carretero
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