Páginas

sábado, 10 de abril de 2021

José Carlos Carretero: El suceso que desencadenó mi despertar (Darth Revan): Parte III

 

Otra pesadilla. La misma de los últimos días.

Estaba dormido cuando sentí un leve temblor. Un repentino choque. Un brusco estallido.

Me desperté sobresaltado en una gran habitación. Al momento recordé dónde estaba. Me encontraba en una gran nave diplomática, la Espiral de Éndar. En ese momento estaba siendo atacada por los Sith en la órbita del planeta Taris.

Yo era uno de los soldados recién alistados en aquella nave de la República. Así que nada mejor que un poco de ejercicio para despertarme completamente.

Tuve que abrirme paso entre decenas de soldados Sith que habían abordado la nave, hasta alcanzar las vainas de escape.

Conseguí escapar con vida de la nave por escasos segundos.

Me encontraba a salvo en la superficie del planeta junto con Carth, un valiente soldado de la Espiral de Éndar gracias al cual había salvado la vida. Pero estábamos atrapados sin poder salir de Taris debido a los bloqueos que los Sith habían establecido en aquel sistema. Al parecer buscaban algo muy importante.

Sin yo quererlo, pronto me vería envuelto en una trama muy complicada de engaños y peligros. Mi misión sería la de rescatar a una mujer, una Jedi sumamente importante que había caído prisionera de una de las peligrosas bandas que habitaban en los bajos fondos del planeta. Una que tenía un don especial que ningún otro Jedi poseía. Una con un poder inusual, la «meditación de combate». Fuera lo que fuese, aquella mujer debía ser alguien muy especial para que los Sith se hubiesen tomado todas aquellas molestias para atraparla.

Mi misión, en resumen, era la de rescatar a la Jedi que mató a Darth Revan.

Cada vez que oía ese nombre, algo en mi interior se removía agitado y mi corazón latía con más fuerza. Aquellas pesadillas que solía tener...

No tardaría mucho en saber por qué.

Una vez rescatada se nos asignó la tarea de encontrar y destruir el mal que había azotado a la República durante los últimos tiempos, el corazón mismo de los Sith, la Fragua Estelar.

Sin saberlo comencé un viaje que ya se había realizado anteriormente, pero esta vez con un propósito muy diferente.

Dantooine, Kashyyyk, Manaan, Tatooine y el misterioso planeta Korriban.


Al llegar a cada planeta tenía una visión. En todas ellas se me mostraba cómo Revan encontraba lo que parecía ser una antigua consola de mandos que le desvelaba parte de un mapa galáctico.

En cada planeta que visitaba llegaba a la misma estancia que había visto en mis visiones, y la misma consola que utilizó Revan en el pasado me obsequiaba con el mismo curioso regalo en forma de mapa parcial de la galaxia.

Era curioso, pero después de tanto tiempo la energía residual de Revan aún permanecía en aquellos lugares donde él estuvo. Su huella en la Fuerza aún permanecía incluso aunque ya no existía.

Cuando tuvimos el mapa completo y la localización exacta de la Fragua Estelar nos dirigimos inmediatamente hacia allí, pero el Leviatán, nave insignia del Señor Sith Darth Malak, nos interceptó y fuimos hechos prisioneros.

Conseguimos amotinarnos y abrirnos paso hasta el hangar de la nave insignia para huir de allí con nuestra nave.

Sin embargo, unos metros antes de alcanzar nuestro objetivo, Darth Malak apareció ante nosotros salido de ninguna parte.

Y fue entonces cuando él mismo me reveló algo totalmente inesperado, pero que de algún modo yo siempre supe.

La verdad de mi ser.

Mi verdadera identidad.

Yo era DARTH REVAN.

Sabiendo que yo era demasiado poderoso como para matarme y tomar mi puesto como Señor y líder de los Sith, mi aprendiz decidió disparar los cañones de su destructor al puente de mando de mi nave cuando los Jedi entraron a capturarme.

Después de eso los Jedi me llevaron a Dantooine, me curaron, borraron mi memoria y me instruyeron desde el principio. La historia de que Bastila había acabado con Revan pronto se propagó como fuego en el espacio por todos los planetas de la galaxia. Los Jedi habían traído la paz. Para todos ellos, Darth Revan, el poderoso Señor Sith, había muerto.

Entonces lo recordé todo. Ahora todo tenía sentido. Ahora todo encajaba. Aquellas pesadillas eran la reminiscencia de Revan en mí.

Sabiendo la verdad pude decidir por mí mismo qué hacer, y qué camino tomar. Tenía los conocimientos y habilidades. Pero ahora tenía una nueva perspectiva. Ahora luchaba por algo muy distinto.

Una vez fui Darth Revan, desde luego. Pero no por ello debía seguir siéndolo. Porque lo cierto es que somos algo más que la mera suma de todos nuestros recuerdos.

De modo que esta vez decidí.

Estaba dispuesto a finalizar con éxito mi misión.

La increible revelación no mermó en absoluto la confianza que mis amigos tenían en mí. Ahora ya no me sentía solo. Podía contar con todos ellos hasta el final. Mission Vao, Canderous Ordo, Juhani, Carth Onasi y Bastila.

En especial encontré en Bastila algo más que amistad. Algo más que la relación que hay entre un maestro y su discípulo.

Por primera vez en muchos años empecé a creer que incluso alguien como yo podría tener una segunda oportunidad. Que podríamos llegar a ser una pareja como cualquier otra.

Luché por la paz en la galaxia, pero habría muerto por Bastila.


Fanfiction basado en Darth Revan, personaje de Star Wars: Caballeros de la Antigua República.


© José Carlos Carretero

No hay comentarios:

Publicar un comentario