Son Patrimonio de la
Humanidad y están situados en el pueblo de San Millán de la Cogolla bajo
las cumbres del monte San Lorenzo, el más alto de La Rioja. Son cuna de la
lengua castellana, tanto escrita como hablada, tanto en prosa como en verso.
Mucho tuvo que ver Gonzalo de Berceo considerado como el poeta más antiguo de
la lengua castellana que puso en verso la Vida de san Millán escrita por san
Braulio.
Monasterio
de Suso: El de arriba.
Surgió de las cuevas que
habitaron los eremitas discípulos de san Millán, allá por el siglo VI. La
iglesia con dos naves laterales y cinco tramos tiene una orientación poco
común, debido a las sucesivas ampliaciones que convirtieron aquellas cuevas en
cenobio y en monasterio. Se pueden observar diferentes estilos arquitectónicos:
visigótico, mozárabe y románico. En la fachada sur una de las portadas
lleva el nombre de Gonzalo de Berceo.
En su interior destaca el
sepulcro románico del santo. Esculpido en alabastro, la lápida muestra a san
Millán rodeado de figuras que representan a san Braulio, santa Potamia y varios
discípulos. A los pies del sepulcro se narra el milagro del ciego y el de la
niña muerta y resucitada por san Millán.
La importancia cultural de
Suso se manifiesta en la colección de manuscritos y códices que salieron de su
escritorio, uno de los más notables de la Edad Media en España: el Códice
Emilianense de los Concilios de 992; la Biblia de Quiso de 664 o una copia del
Apocalipsis, de Beato de Liébana del siglo VIII. Es el marco en el que va a
surgir la que hoy es la más antigua manifestación escrita de la lengua
española.
Monasterio de Yuso: El de
abajo.
Considerado como El Escorial
de la Rioja fue edificado para ampliar el de Suso en el siglo XI, destaca por
sus grandes dimensiones. Fue reconstruido en los siglos XVI, XVII y XVIII, y en
él se conjugan diferentes estilos: principalmente renacentista y barroco.
Exhibe una bella portada, obra del maestro de cantería Pablo de Basave. Al
oeste se encuentra el imponente salón de Reyes que guarda pinturas de Juan de
Rizzi y la escalera o Escala Real. El monasterio de Yuso guarda como verdaderas
joyas románicas las dos arquetas, de oro y marfil del siglo XI, que contienen
los restos de san Millán y de san Felice, su maestro.
Digna de verse es la reja,
realizada en 1676, que cierra el coro bajo de la iglesia. En esta misma zona de
la iglesia se encuentra una de las joyas del monasterio: un púlpito de nogal,
que parece ser de finales del XVI.
El archivo medieval consta de
dos cartularios –el Galicano y el Bulario– y de unos trescientos documentos
originales.
La Biblioteca contiene más de
diez mil volúmenes, pero su verdadero valor e interés radica, en los ejemplares
raros que conserva. Una de estas rarezas bibliográficas es el «Evangelario de
Jerónimo Nadal», impreso en Amberes en 1595 en el que todas las láminas están
policromadas, una a una.
El monasterio de Suso
pertenece al Estado, mientras que el de Yuso es propiedad de la orden religiosa
de los Agustinos Recoletos. Estos han alquilado por espacio de cincuenta años
al Gobierno de la Comunidad de La Rioja una parte del monasterio que se utiliza
actualmente como hostal y como centro de estudios de la lengua española.
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