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martes, 11 de abril de 2023

Milenaria rana

 



¿Comadrita la rana?

Señor, señor

Ya vino su marido de La Habana

Sí, señor

¿Y qué le trajo?

Una mantilla

¿De qué color?

Verde limón

¿Vamos a misa?

No tengo camisa

¿Vamos al sermón?

No tengo ropón

Présteme su botijita

No tiene tapita

Présteme su botijón

No tiene tapón…

 

 

Hace muchos años en las calles de mi pueblo jugábamos y cantábamos a costa de esa rana de la que hoy vamos a hablar.

Imagino que habrá muchas versiones. ¿Cuál conoce usted?

 

Se cree que la rana, criatura de respiración pulmonar fue testigo del auge y extinción de los dinosaurios. Por lo visto ya saltaba en este planeta cuando aún no lo pisaba el hombre. Su increíble capacidad de adaptación, permite, con muchos sobresaltos, sobrevivir a sus enemigos, ya que centenares de ellas son presas de halcones, búhos, gaviotas, garzas, comadrejas, tejones, nutrias, ratas…

Trepa por los árboles como una ardilla, nada como un pez, salta una distancia veinte veces mayor que su propio cuerpo, come babosas, caracoles, insectos en los lugares más insospechados, pocas criaturas superan a la rana en el arte del camuflaje, porque al igual que el camaleón cambian de color. Y son más eficaces que los pesticidas.

Fue uno de los primeros seres que se arrastró desde el agua hasta tierra firme, y aunque sigue siendo anfibio transformó sus aletas en patas. Los huesos de sus patas son como nuestro antebrazo, y como el codo a nuestro brazo, una articulación también les permite doblar sus patas. Tiene cinco dedos prensiles.

Existen más de trescientas especies de rana en el mundo. De sus huevos, puestos en el agua, nacen los renacuajos que tienen forma de pez y que, tras una asombrosa metamorfosis se convierten en diminutas ranitas. La hembra pone entre mil y cuatro mil huevos cada primavera. Para los meses de junio y julio esas ranitas saltan del agua y se dispersan por los campos cubriendo distancias de hasta casi un kilómetro para comenzar su arriesgada existencia. Al llegar el invierno la rana se va al fondo de una húmeda zanja para hibernar hasta la primavera, momento en que acude a la laguna para su reproducción anual. Su pariente, el sapo, siendo tan feo como es, no es nada delicado a la hora de hacer el amor. Se limita a atrapar a la primera hembra que halle a su alcance, y luego si te he visto no me acuerdo.

No hay clima ni ambiente que se le resista. En Australia se llena el cuerpo de agua y se entierran para evitar que el sol las consuma. En las altiplanicies de México, donde el agua escasea, ponen huevos al alcance de las salpicaduras de las cascadas. En África se sirven del agua depositada en los troncos de los árboles e incluso de las gotas de lluvia adheridas a las hojas para su acción reproductora.

A pesar de su antigüedad, de su utilidad y de su capacidad de supervivencia le ha salido un enemigo terrible: el hombre. Ahora les ha dado por comer sus ricas ancas, además las utilizan en clases de anatomía en universidades y laboratorios de todo el mundo. Se envían al espacio…, por lo que el número de ranas está decreciendo en todo el mundo.

Tengo fe en que una de las especies más veteranas de este mundo, superviviente indomable, se le ocurra sacar a la luz alguna que otra treta para que pueda seguir reproduciéndose en los millones de años que están por llegar.

 


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