¿Comadrita
la rana?
Señor,
señor
Ya
vino su marido de La Habana
Sí,
señor
¿Y
qué le trajo?
Una
mantilla
¿De
qué color?
Verde
limón
¿Vamos
a misa?
No
tengo camisa
¿Vamos
al sermón?
No
tengo ropón
Présteme
su botijita
No
tiene tapita
Présteme
su botijón
No
tiene tapón…
Hace muchos años en las
calles de mi pueblo jugábamos y cantábamos a costa de esa rana de la que hoy vamos
a hablar.
Imagino que habrá muchas
versiones. ¿Cuál conoce usted?
Se cree que la rana, criatura
de respiración pulmonar fue testigo del auge y extinción de los dinosaurios.
Por lo visto ya saltaba en este planeta cuando aún no lo pisaba el hombre. Su
increíble capacidad de adaptación, permite, con muchos sobresaltos, sobrevivir
a sus enemigos, ya que centenares de ellas son presas de halcones, búhos,
gaviotas, garzas, comadrejas, tejones, nutrias, ratas…
Trepa por los árboles como
una ardilla, nada como un pez, salta una distancia veinte veces mayor que su propio
cuerpo, come babosas, caracoles, insectos en los lugares más insospechados, pocas
criaturas superan a la rana en el arte del camuflaje, porque al igual que el
camaleón cambian de color. Y son más eficaces que los pesticidas.
Fue uno de los primeros seres
que se arrastró desde el agua hasta tierra firme, y aunque sigue siendo anfibio
transformó sus aletas en patas. Los huesos de sus patas son como nuestro
antebrazo, y como el codo a nuestro brazo, una articulación también les permite
doblar sus patas. Tiene cinco dedos prensiles.
Existen más de trescientas
especies de rana en el mundo. De sus huevos, puestos en el agua, nacen los
renacuajos que tienen forma de pez y que, tras una asombrosa metamorfosis se
convierten en diminutas ranitas. La hembra pone entre mil y cuatro mil huevos
cada primavera. Para los meses de junio y julio esas ranitas saltan del agua y
se dispersan por los campos cubriendo distancias de hasta casi un kilómetro
para comenzar su arriesgada existencia. Al llegar el invierno la rana se va al
fondo de una húmeda zanja para hibernar hasta la primavera, momento en que
acude a la laguna para su reproducción anual. Su pariente, el sapo, siendo tan
feo como es, no es nada delicado a la hora de hacer el amor. Se limita a
atrapar a la primera hembra que halle a su alcance, y luego si te he visto no
me acuerdo.
No hay clima ni ambiente que
se le resista. En Australia se llena el cuerpo de agua y se entierran para
evitar que el sol las consuma. En las altiplanicies de México, donde el agua
escasea, ponen huevos al alcance de las salpicaduras de las cascadas. En África
se sirven del agua depositada en los troncos de los árboles e incluso de las
gotas de lluvia adheridas a las hojas para su acción reproductora.
A pesar de su antigüedad, de
su utilidad y de su capacidad de supervivencia le ha salido un enemigo terrible:
el hombre. Ahora les ha dado por comer sus ricas ancas, además las utilizan en
clases de anatomía en universidades y laboratorios de todo el mundo. Se envían
al espacio…, por lo que el número de ranas está decreciendo en todo el mundo.
Tengo fe en que una de las
especies más veteranas de este mundo, superviviente indomable, se le ocurra
sacar a la luz alguna que otra treta para que pueda seguir reproduciéndose en
los millones de años que están por llegar.
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