Cada beso encontrando unos labios
Cada e-mail respondiendo a un axioma
Cada pintura embelleciendo un museo.
Vivir en la anorexia de los recuerdos y lugares.
En la anorexia de un suspiro...
Descubrir que tus ojos no son azules como el ancho mar.
Y que aquel abrazo se columpiaba en la brecha de una despedida
insensata.
Que aquella lágrima puso fin a una odisea en el espacio.
O aquella cara angelical escondía unos ojos turbios
y enrojecidos.
Confundirse entre las negaciones de una realidad inventada.
Intuir tus ojos en mis caderas.
Y nuestra ingenuidad puso barrotes al amor.
O no era amor ... y sí frenesí
O era tal vez locura...
Juventud y noches sin más sueños que un beso en tu nuca.
Al final el enfermo imaginario adolece de su enfermedad
y los medicamentos no llegan a quienes menos recursos tienen.
Sol Cerrato Rubio
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