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jueves, 23 de octubre de 2025

Julia de Castro: Pustina (2016). Serie

 


 

La trama de esta miniserie checa de ocho episodios se desarrolla en Pustina, una decadente ciudad minera de la República Checa, fronteriza con Polonia. Los vecinos se encuentran divididos ante la propuesta de Turkovo, compañía minera que quiere ampliar su área de explotación de carbón en la zona, para comprar los terrenos de la localidad. Un sector mayoritario se inclina por vender y emigrar a algún lugar en el que puedan cambiar su mísera supervivencia por un futuro más próspero para ellos y sus hijos y el otro prefiere mantener su modo de vida tradicional, en la tierra en la siempre vivieron. A la cabeza de este último se encuentra su alcaldesa, Hana Sikorova.

Los dos sectores mantienen una lucha enconada lo que ha enrarecido el ambiente y las relaciones en Pustina que se complican mucho más cuando desaparece Misha, hija de la alcaldesa, una desaparición que, algunos piensan, puede estar relacionada con las maniobras de presión para lograr que Sikorova cambie de opinión. Este triste suceso destapa el mundo de intrigas, rencores, miserias y traiciones que subyace en la, aparentemente, anodina vida de los vecinos de Pustina.

Las imágenes de esta serie dan una idea muy certera de su trama: extrema contaminación, desolación, lluvia. Todo en Pustina es gris y neblinoso lo que produce una deprimente sensación de oscuridad y opresión que, puede que no anime a su visionado a quienes huyen sistemáticamente de dramas y tristezas.

Los personajes no se libran de este deprimente escenario, desde una torturada alcaldesa y su repugnante, bipolar y obseso sexual marido, a los desesperanzados habitantes del pueblo, cada uno exhibiendo o escondiendo sus miserias, sin olvidar a la corte de prostitutas que se ofrecen a camioneros y sus violentos proxenetas. Todos ellos componen un pétreo y despiadado cuadro sobre la supervivencia humana.

Esta es una de esas historias que nos dejan el alma angustiada y unas tremendas ganas de gritar ante la miseria moral a la que, el ser humano se ve abocado por la falta de oportunidades. Ante situaciones de extrema dificultad afloran los sentimientos más mezquinos y ruines, y no nos engañemos, todo hijo de vecino sometido a cargas similares, terminará transformándose en una alimaña y revolviéndose contra todo lo que le impida conseguir sus objetivos.

Dicho esto, es posible que quien lea esta breve reseña se sienta poco atraído a sentarse delante de la pantalla, que ya tenemos suficientes penas en el mundo como para entretenerse metiéndose en este fregado. No obstante, animo a todo aquel que, entre comedia y comedia, quiera empaparse de realidades humanas, se atreva a enfrentarse a esta miniserie y ponga especial atención en las impresionantes imágenes iniciales, son auténticas obras de arte fotográfico y, sin palabras, desvelan lo que nos vamos a encontrar episodio tras episodio. A mí, Pustina me ha enganchado, aunque tengo que reconocer que soy una adicta a la realidad del ser humano, sea lo dura o triste que sea.

© Julia de Castro

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Agosto 2021

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