La trama de esta miniserie checa
de ocho episodios se desarrolla en Pustina, una decadente ciudad minera de la
República Checa, fronteriza con Polonia. Los vecinos se encuentran divididos
ante la propuesta de Turkovo, compañía minera que quiere ampliar su área de
explotación de carbón en la zona, para comprar los terrenos de la localidad. Un
sector mayoritario se inclina por vender y emigrar a algún lugar en el que
puedan cambiar su mísera supervivencia por un futuro más próspero para ellos y
sus hijos y el otro prefiere mantener su modo de vida tradicional, en la tierra
en la siempre vivieron. A la cabeza de este último se encuentra su alcaldesa, Hana
Sikorova.
Los dos sectores mantienen una
lucha enconada lo que ha enrarecido el ambiente y las relaciones en Pustina que
se complican mucho más cuando desaparece Misha, hija de la alcaldesa, una
desaparición que, algunos piensan, puede estar relacionada con las maniobras de
presión para lograr que Sikorova cambie de opinión. Este triste suceso destapa
el mundo de intrigas, rencores, miserias y traiciones que subyace en la,
aparentemente, anodina vida de los vecinos de Pustina.
Las imágenes de esta serie dan
una idea muy certera de su trama: extrema contaminación, desolación, lluvia. Todo
en Pustina es gris y neblinoso lo que produce una deprimente sensación de
oscuridad y opresión que, puede que no anime a su visionado a quienes huyen
sistemáticamente de dramas y tristezas.
Los personajes no se libran de
este deprimente escenario, desde una torturada alcaldesa y su repugnante, bipolar
y obseso sexual marido, a los desesperanzados habitantes del pueblo, cada uno
exhibiendo o escondiendo sus miserias, sin olvidar a la corte de prostitutas
que se ofrecen a camioneros y sus violentos proxenetas. Todos ellos componen un
pétreo y despiadado cuadro sobre la supervivencia humana.
Esta es una de esas historias que
nos dejan el alma angustiada y unas tremendas ganas de gritar ante la miseria
moral a la que, el ser humano se ve abocado por la falta de oportunidades. Ante
situaciones de extrema dificultad afloran los sentimientos más mezquinos y
ruines, y no nos engañemos, todo hijo de vecino sometido a cargas similares,
terminará transformándose en una alimaña y revolviéndose contra todo lo que le
impida conseguir sus objetivos.
Dicho esto, es posible que quien
lea esta breve reseña se sienta poco atraído a sentarse delante de la pantalla,
que ya tenemos suficientes penas en el mundo como para entretenerse metiéndose
en este fregado. No obstante, animo a todo aquel que, entre comedia y comedia,
quiera empaparse de realidades humanas, se atreva a enfrentarse a esta
miniserie y ponga especial atención en las impresionantes imágenes iniciales,
son auténticas obras de arte fotográfico y, sin palabras, desvelan lo que nos
vamos a encontrar episodio tras episodio. A mí, Pustina me ha enganchado,
aunque tengo que reconocer que soy una adicta a la realidad del ser humano, sea
lo dura o triste que sea.
© Julia de Castro
Propuestas de Cine
Agosto 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario