Los
métodos.
Métodos,
sistemas o formas de enseñar o comenzar,
se reducen a dos: global o analítico, siendo éste último el más
utilizado tradicionalmente, en diversas versiones que han intentado hacerlo más
atractivo. Parte del sonido o fonema de una letra, es decir a cada letra le
ponemos su sonido (grafema-fonema). El nombre de un objeto dibujado a modo de
pictograma, nos da el punto de partida, para aprender la letra E se suele
utilizar el dibujo de un elefante. Puede ocurrir que no domine la expresión
oral y al elefante le llame “alifante” en ese caso estamos perdiendo el tiempo
y poniendo trabas al aprendizaje del niño, que por supuesto, reconoce
perfectamente al animal, tantas veces como se lo mostremos, lo que no significa
que pueda reconocer la letra fuera de ese contexto.
Cuando
el niño, con nuestra inestimable ayuda ha conseguido reconocer los grafemas y
sus sonidos, comienza a leer silabeando y continúa su proceso de forma
mecánica. El siguiente paso será llegar a la lectura comprensiva. Lo esencial no es que aprenda, sino cómo
aprende. Si es un camino ameno y motivador o es duro y penoso.
La
enseñanza globalizada parte de palabras
que tienen un significado inserto en su entorno, para ir siguiendo un proceso ordenado y
lógico en el que irá descubriendo nuevos significados hasta que llegue a reconocer las letras que forman las
palabras. Este método parece más complicado para el adulto, pero va en
consonancia con la mente del niño, pues en este estadio su percepción es
global. Por ello las palabras que utilizaremos han de ser cercanas, familiares.
Y
que mejor palabra que su propio nombre, aunque puede servirnos otra cualquiera
que vea escrita de forma cotidiana, junto a la representación de su significado
llegando a leer sin reconocer, ni saber que está formada por letras. Será de
gran ayuda el que habitualmente vea carteles y sepa lo que pone en ellos.
¿Cuándo
está preparado para leer? Sin duda cuando tiene un dominio adecuado de la
expresión y comprensión oral, cuando es capaz de hablar de acuerdo a su edad,
con una pronunciación correcta, estableciendo un diálogo o narrar un pequeño
acontecimiento, es lo que nos da la pauta. Es necesario que se haya trabajado y
se trabaje la discriminación auditiva. Siendo importante la
memorización de poesías y canciones, esto lleva implícito la adquisición y
aumento de vocabulario, expresión correcta y desarrollo de la memoria y la
atención. Así como la narración de cuentos de la que ya hemos hablado.
Vemos
que la enseñanza de la lectura no se desliga de las actividades de lengua, sino
que está inmersa en todos los aprendizajes lingüísticos. Es inútil enseñarle si
no habla con corrección, si no pronuncia las consonantes correctamente, es
obvio que le va a resultar difícil aprender.
La
asimilación e interiorización de los conceptos espaciales con respecto a su
propio cuerpo y a los objetos, tales como: Arriba – abajo, delante – detrás, a
un lado – al otro lado, encima de – debajo de, etc. Ha de tener también la lateralidad
definida, esto no significa que tenga adquiridos los conceptos de izquierda y
derecha, pero sí que sepan distinguir lo que está a un lado de lo que está en
el lado opuesto (en el espacio y en la representación gráfica). No presenta
ninguna dificultad el que sea zurdo, si no se la ponemos nosotros. Si
discrimina visualmente formas y su orientación en el espacio y en el papel,
establece asociaciones de imágenes, puede seguir y ordenas una secuencia. Y
sobre todo hay una comunicación fluida entre el enseñante y el enseñado.
Partiendo
de aquí, vamos a proponernos que descubra cosas que ya conoce: ¿Qué palabras
reconoce si las ve escritas? Su nombre, el de su amigo o amigos de la clase, el
de su mamá… el día de la semana… los carteles que hay escritos a su alrededor,
en la clase, en la calle y tal vez en su casa.
En
un principio representa su nombre con un garabato, nunca debemos decirle que
está mal, sino al contrario darlo por bueno, teniendo siempre delante, a la
vista el modelo en mayúsculas, hasta que vaya representado las letras o algo
que se le parezca, hasta que llegue a escribirlo correctamente. Cuando lo hace,
a veces ocurre que cambia la lateralidad de las letras (invertidas) incluso
durante un periodo considerable de tiempo.
Esto suele suceder a menudo pero no tiene mucha relevancia, pues lo
superan pronto, en este caso seguimos sin afeárselo ni reñirles, pero recabando
su atención mostrándole el modelo correcto.
Un
comienzo, un sistema.
Empezamos
con todos conjuntamente, al margen de lo que sepa cada uno, poco a poco se irán
perfilando las diferencias. El material necesario, la pizarra, folios, lápiz y borrados (con
los más pequeños o si tienen poca
motricidad fina se pueden usar rotuladores), papel de estraza para un mural, o
bien el corcho de la clase, tijeras, pegamento, pinturas de colores.
Comenzamos
cada mañana a primera hora, en septiembre jugamos con los nombres de los niños
a modo de repaso, los leemos los
escribimos. Tendremos una lista colgada en la pared con los nombres de todos
los niños escritos en mayúsculas, -o minúsculas- según la destreza adquirida,
debemos consultar a la profesora anterior, o bien observar a los nuevos, cómo
escriben su nombre.
Cada
día después de leer todos los nombres escogeremos uno, evitando al principio
los que tengan silabas trabados o tengan dificultad en la pronunciación o sean
de otro idioma. El nombre escogido, en este caso, como ejemplo nos va a servir
para formar otras palabras y frases.
Ejemplo:
SONIA.
Escribimos el nombre en la pizarra y ellos en su hoja; dibujamos todos a Sonia.
Después pronunciamos el nombre con énfasis e incitamos al niño a buscar
palabras que empiecen o contengan el mismo sonido. Escribimos las que
consideremos más interesantes. La profesora ha de tener preparadas algunas,
provocando la iniciativa en los niños. Habrá quienes solo escriban
el nombre de Sonia y al lado el suyo propio, dibujando a los dos. Ej.:
SONIA Y
JOSE. Aunque sea con trazos poco legibles.
Encontramos
un término que nos permite avanzar: SOLA, tenemos una frase: SONIA ESTÁ
SOLA. Ya tenemos nuestro ejercicio para uno o varios días, -según el
requerimiento del niño- en el folio escribimos la fecha, esto nos abre un
camino paralelo, el de los días de la semana (en mayúsculas al principio), la
frase, el dibujo y siempre su propio
nombre, en el que iremos avanzando poco a poco a lo largo de los días hasta que
llegue a escribir también su apellido.
Así
llegamos a conseguir que lea y escriba la fecha, la frase y su nombre,
acompañados del dibujo correspondiente. Continuaremos cambiando la frase
añadiendo nuevas palabritas:
Ejemplo:
LUNES,
25 DE SEPTIEMBRE
DE 2015
SONIA NO
ESTÁ SOLA
Vamos
ampliando con nexos como DE en la fecha,
desarrollando, cambiando y añadiendo léxicos, partiendo de los sonidos
conocidos y descubriendo otros nuevos. Buscamos también otros nombres de
compañeros que tienen un sonido igual, en este caso nos sirve el sonido S, L y
T. Seguimos con palabras del entorno inmediato para formar nuevas frases.
A
partir de aquí entra en juego el trabajo y la creatividad del enseñante
teniendo presente las características de los alumnos, estimulándoles para
provocar y aprovechar su iniciativa.
Estaremos en otoño, otro término que nos va a dar mucho juego, junto
con el tiempo atmosférico: SOL, LLUVIA,
NUBES… No olvidemos el apoyo de pequeñas poesías y canciones que contengan las
palabras que estamos aprendiendo y las memoricen, llegando a escribirlas copiadas
y por ende leerlas. Podemos inventarlas con ayuda de los niños formando un
pequeño libro para leer en la clase y
en casa.
Llegado
el momento enlazamos lo aprendido con el libro, utilizando su vocabulario
introduciéndonos paulatinamente en sus contenidos, para seguir con los más
adelantados, estimulando a los rezagados para que sigan su propio proceso,
también con el libro como elemento motivador.
Y
para terminar, no olvidemos que el niño aprenderá a leer de cualquier forma
cuando esté preparado para ello, si no lo está, todos los métodos serán meros
obstáculos.
Apuntes didácticos III por Mª Paz Horcajuelo Torres se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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Gracias.
Una entrega nueva de mi compañera en la Facultad, Mari Paz Horcajuelo, donde reiteradamente nos demuestra su genial magisterio durante su vida laboral. Es algo, como suelo pensar yo, que no muere entre los gustos retenidos de las buenas maestras, en los buenos maestros.
ResponderEliminarMientras leía estos nuevos apuntes, me he visto tirado por el suelo en salón de mi casa, con mi nieta Luna entre papeles y rotuladores, lápices de colores, gomas de borrar… Al lado, mi otra nieta Vega, hermana de Luna. Y a ambas las representó en su forma física de satélite terrestre o la mayor estrella que luce más después del sol. En esos grafismos mis nietas han aprendido, como bien dice Mari Paz, a relacionar.
Ahora Luna, con ese brillo de entusiasmo que pone en todo cuanto le ilusiona conocer o aprender, ya sabe a sus cinco añitos cómo se escribe su propio nombre… y al lado, junto a su brillante nombre… el de su hermana Vega. Su amor y cariño fraternal lo empieza a demostrar, porque son sentimientos innatos que no se aprenden fuera del hogar, de su familia.
Ahora Luna empezará su segundo trimestre de Escuela Infantil, y se entretiene en leer los grandes carteles por donde se cruza cuando salimos de paseo; en ella su hermanita, con dos años, tiene otra gran maestra pues bebe los vientos que señala su hermana.
Los apuntes de Mª Paz, deberían seguir en vigor. Para salir de ese fondo del mundo cultural, a nivel universal, donde nos encontramos los españoles con un idioma tan rico y hablado por tantos millones de seres humanos, debería de erradicarse la masificación de las aulas y mantener en activo a profesores o profesoras como Mari Paz Horcajuelo. No pueden tener la misma relación y afecto 20 ó 30 alumnos, con una maestra tan determinante, que 10 ó 12 a lo sumo. A la edad que no está indicando la autora en los niños, es cuando toman consistencia los pilares de esa inteligencia que todos tenemos en bruto. Otra cosa es pulirla, y hacer que reluzca por propia iniciativa. Mis felicitaciones.