Me prestan una novela, “El
doncel don Enrique el Doliente”, no debo mostrar gran entusiasmo y me dicen, ¿sabes
que la entonces princesa Leticia se la regaló a Felipe el día de su compromiso,
por qué lo haría? Siento curiosidad, leo, me gusta, no intuyo el motivo, pero
me encanta el lenguaje y me interesa el autor.
¿Quién fue Mariano José de
Larra?, creo que el prototipo del escritor romántico testigo de su época,
crítico, angustiado y valiente. Nace en Madrid en 1809, en la castiza calle de
Segovia, por deseo de su padre, médico, comienza medicina, pero muy pronto
cuelga los estudios porque lo que le gusta y quiere es escribir. Jovencísimo
redactor, veintidós años, del periódico “El Español”, burlando la censura con
el seudónimo de “Fígaro”, cuenta lúcida y críticamente, la España bajo el
reinado del nefasto Fernando VII, escribe espléndidas criticas teatrales,
reseñas costumbristas de fina y escueta prosa, “En este país”, “Vuelva Vd.
mañana”, “Todo el año es carnaval “, algunas, hoy, de palpable actualidad, y
varias obras teatrales dramáticas y exaltadas, como “Macías”, casi biográfica porque Larra, tras un
matrimonio desgraciado y roto, se enamora locamente de una mujer casada con un
militar, Dolores Armijo, Lola, con la que vive apasionada, fogosa y clandestina
relación que termina cuando le anuncia que se va a Filipinas con su marido,
recientemente ascendido.
Tras una tremenda y violenta
escena final, Lola se va, y Larra entra en el dormitorio donde tanto se han
amado, coge su pistola, y, delante del espejo, se dispara en la sien. Acaba de
cumplir veintiocho años.
Mariano José de Larra es uno
de los escritores más importantes del siglo XIX, dejó importante y extensa
obra, poemas, ensayos, obras teatrales, muchos, muchísimos artículos,
tremendamente satíricos describiendo la hipocresía, vacuidad y corrupción de la
sociedad de su tiempo con enorme talento, brillante lenguaje y gran irritación,
debido al amor que sentía por España, gran calidad renovadora, como esta frase
inolvidable: “en cada artículo entierro una esperanza, una ilusión, un amor
fracasado, España más que la tierra de los antepasados debe ser el lugar de los
hijos”.
Lúcido y formidable Larra,
rabiosamente, increíblemente actual.
© Isabel Martínez Cemillán
Larra, uno de mis escritores de cabecera, uno de mis maestro.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias Antonio por tus comentarios. Un abrazo.
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