Entre rimas y versos
encontré pedazos de
mi vida.
EL SILLON
Allí estaba el sillón olvidado.
Arropado con tela de
araña,
en la oscura
habitación
de la solitaria casa.
Las paredes crujían
recuerdos,
sobre la mesa
empolvada,
papeles amarillentos
y silencios que
gritaban.
Se oían pasos
serenos,
en el runrún
de la estancia,
palabras rotas, perdidas,
olor a manos
cansadas.
Caricias que abrazan
sueños,
lágrimas que están
guardadas
en el doblado
pañuelo
que quedó sobre la
almohada.
Me olía a cantos, a
risas,
a palabras deshojadas,
a ojos que miran
serenos
por los cristales del alma.
Saboreo los abrazos
guardo las caricias canas,
beso el sillón
olvidado
y con sed que nada
sacia.
Bebo años y emociones,
bebo los juegos de infancia,
bebo chasquido de
besos,
bebo caricias
tronchadas,
bebo los sabios consejos,
bebo las sabias
palabras.
Seda de paz me
recorre
desde el
corazón al alma
y aquel espacio vacío,
de recuerdos lo
llenaba.
Cerré la puerta a
mis ojos
para detener las
lágrimas,
y el sillón solitario
y vacío,
embriagada de amor y
añoranzas
lo llené, de
caricias y besos,
de recuerdos, de
amor…de nostalgias.
© Mariana Romero-Nieva
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