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martes, 15 de diciembre de 2020

Sandro Botticelli: Alegoría de la primavera


Fue un pintor florentino del Quattrocento italiano. La obra fue un encargo de Lorenzo di Pierfrancesco de Médici, primo de Lorenzo el Magnífico, para adornar la Villa di Castello.

En un inventario de 1499 aparece: «En Castello, una villa del duque Cosme, hay dos cuadros que figuran, uno a Venus naciendo y a esas brisas y vientos que la empujan a tierra, con los cupidos; y también otra Venus a quien las Gracias adornan con flores, denotando la Primavera».  

Está realizado al temple sobre tabla y mide 203 centímetros de alto por 314 centímetros de ancho. Se conserva en la Galería Uffizi en Florencia.

Con su técnica de veladuras expresa lo sublime del amor humano, el florecer del amor. Se cree que el dios Mercurio, el personaje situado más a la izquierda, el guardián del jardín, el que sostiene un caduceo con el que ahuyenta unas nubes representa a Giuliano de Médici, el hermano de Lorenzo el Magnífico, y la gracia que mira al dios representa a su amante, Simonetta Vespucci.

A Venus o Afrodita, la diosa del amor, Sandro Botticelli la representa vestida con túnica blanca y un manto rojo, levantando el brazo derecho en señal de saludo. A la derecha del cuadro aparece Céfiro, dios del viento del oeste, en el momento en que rapta a la ninfa Cloris, vestida con una túnica transparente, al convertirla en su esposa se convierte en Flora, la diosa de las flores y los jardines, a la que enamora con un aliento de flores.

Sobre Venus está Cupido o Eros que dirige su flecha hacia las tres Gracias, que representan en la mitología griega la castidad, la voluptuosidad y la belleza, y en la mitología romana la virgen, la esposa y la amante.


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