Pedro Muñoz Seca, fue un escritor
y autor de teatro, perteneciente a la generación del 14 o novecentismo.
Valle Inclán dijo de él: «Quítenle
al teatro de Muñoz Seca el humor; desnúdenle de caricatura, arrebátenle su
ingenio satírico y facilidad para la parodia, y seguirán ante un monumental
autor de teatro».
Fue el creador de un nuevo
género teatral llamado astracán o astracanada. Su obra más célebre dentro de
este género es: «La venganza de don Mendo».
Estudió bachillerato en El
Puerto de Santa María junto a Juan Ramón Jiménez ‒quien no recuerda a Platero‒,
y Fernando Villalón, poeta y ganadero conocido como «el poeta brujo».
Vino a Madrid en 1904, donde
trabajó como profesor de griego, latín y hebrero. Se casó con una cubana, María
de la Asunción de Ariza y Díez de Bulnes.
«La venganza de don Mendo» fue estrenada en
el Teatro de la Comedia de Madrid en 1918 y su
éxito fue tan grande que es la cuarta obra más representada de todos
los tiempos junto con Don Juan Tenorio de José Zorrilla, Fuenteovejuna del
dramaturgo Lope de Vega y La vida es sueño de Calderón de la Barca.
Muñoz Seca pretendía hacer
reír como fuera, con juegos de palabra y golpes de humor que rozan el absurdo.
La trama, las situaciones, los personajes, e incluso el montaje, buscan siempre
el chiste, que suele ser en forma de retruécano o deformación cómica del
lenguaje.
El argumento
La obra está dividida en cuatro actos. Magdalena, hija de Don Nuño Manso de Jarama, mantiene relaciones a escondidas con el noble Don Mendo. Don Nuño decide casarla con un rico privado del Rey, don Pero de Toro. Ella acepta sin que don Mendo lo sepa. Mas un día los amantes son descubiertos. Don Mendo se auto inculpa diciendo que entró al castillo para robar, piensa que así protege a Magdalena. Acaba encarcelado y condenado a muerte, por orden de don Nuño, y emparedado, por orden de Magdalena. Descubre la traición de la mujer amada. Un amigo de don Mendo, el Marqués de Moncada, lo rescata de la torre, dándole así la oportunidad de llevar a cabo su venganza. Comienza una nueva vida en la que se hace llamar Renato, un apuesto trovador. Comienzan a trabajar con él unas moras, de esta forma añaden baile a sus cantos. Una de ellas es Azofaifa, quien está perdidamente enamorada del juglar. Magdalena, sin saber que es Don Mendo, también se fija en él. Por si fuera poco, Magdalena mantiene relaciones a escondidas con el rey, Don Alfonso. Y entre unos y otros se van citando y todos se encuentran en una cueva.
¿Qué sucederá?
Jornada Primera:
Doña Ramírez, su dueña, a
Magdalena
…Claro
está que lo escuché,
y
solo a fuerza de fuerzas
me he
podido contener,
que
tal temblor dio a mi cuerpo,
tal
hormiguillo a mis pies,
que
no sé cómo don Nuño
no lo
advirtió, no lo sé.
¡Casarte
tú con el Duque
siendo
amante del Marqués!…
¡Ser
esposa de don Pero
la
que de don Mendo es!…
¡Si
el Marqués lo sabe!…
Magdalena
¡Calla!
Doña Ramírez
…Muda
seré si lo ordenas.
Si lo
mandas, callaré;
pero
ante Dios solo puedes
casarte
con el Marqués,
porque
al Marqués entregaste
tu
voluntad y tu fe;
porque
te pasas las noches
en
tierno idilio con él;
porque
esa escala maldita
le
arrojaste una vez
solo
por darle una mano
y él
se ha tomado los pies.
A un gesto de Magdalena
...No te
ofendas, Magdalena,
mas
yo sé, porque lo sé,
que
la mujer que recibe
en su
castillo a un doncel
con
él se casa o no tiene
todo
lo que hay que tener.
Magdalena
Mi
padre
dio
su palabra anteayer
al de
Toro, y yo por fuerza
le
tengo que obedecer.
Continuad
vosotros
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