Dicen mucho por ahí que cuando se ha tocado
fondo no se puede más que mejorar. Que solo debemos ir hacia atrás para coger
impulso. Que hay que animarse, quedarse con lo bueno, vivir el momento,
luchar por nuestros sueños y afrontar cualquier cosa con una sonrisa.
¿De verdad a vosotros os parece que todos los
seres humanos vivimos así? A veces creo que quien defiende estos eslóganes o bien ha
tenido una vida muy sencilla o solo lo dice porque es lo que algunos parecen
querer escuchar. También está la variante de no enterarse de nada, pero lo
englobo en vida fácil.
No digo yo que tengamos que ser negativos por
naturaleza, que nos encerremos en nuestra miseria y no movamos un dedo por
salir de ahí. Que nadie me malinterprete, por favor. Lo que intento transmitir
es que no siempre podemos superar un proceso complicado cogiendo impulso,
sonriendo o haciendo algo que nos guste. No es tan sencillo. Ojalá lo
fuese. De verdad.
Es más, si me pongo en mi modalidad más
sincera, os diré que en mi opinión, este tipo de comentarios lo único que
consigue es el efecto contrario: que lleguemos a pensar que si no somos
felices o no lo conseguimos siguiendo estos consejos algo malo nos pasa.
Ojalá se pasase esta dichosa moda. Ojalá no
nos sigan obligando a creer que ser positivos es lo que nos hace realmente
felices. Lo que debemos hacer sin preguntarnos nada más.
Tenemos todo el derecho del mundo a pasar por
una crisis. Sea
del tipo que sea. Y, sobre todo, tenemos derecho a que nadie nos recrimine que
tengamos nuestro tiempo de recogimiento.
Positivos del mundo, los que no creemos en
vuestro mantra os pedimos con todo el cariño y el respeto del mundo que nos
deis, por favor, un descanso del optimismo en su vertiente más tóxica. Parad de
llevarlo al extremo de una vez y dejadnos vivir en paz.
Prometemos recuperarnos a nuestro ritmo. Solo
necesitamos nuestro tiempo de sanar.
© MJ Pérez
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