miércoles, 31 de mayo de 2017

Luis Box Pérez: Hemos leído "Stoner" de John Williams






Fue publicada por primera vez en 1965 sin apenas repercusión. Salvo alguna ocasión en la que alguien intentó recuperarla, sin éxito, ha pasado desapercibida hasta 2004 en que fue publicada en Francia. Después, ha sido traducida a diferentes idiomas (en español, en Argentina en 2006). No queda clara la razón, o razones, de ese olvido o desatención. Sin embargo, desde 2004 ha recibido los más altos elogios desde fuentes y personajes tan importantes como variados. Críticos, novelistas, lectores… han sido muchos los que la consideran como una obra maestra de la segunda mitad del siglo XX

El relato está escrito en  forma lineal, el lenguaje es sencillo, el narrador omnisciente. No leo, en mi caso oigo, frases complejas o términos rebuscados. Sin embargo, a mi juicio y a pesar de lo sencillo del lenguaje empleado, el relato es profundo en la cantidad de ideas y sentimientos que aparecen. Solamente cabe mencionar algunos momentos de lenguaje más técnico cuando refiere situaciones referidas a su trabajo como profesor o respecto a algunos trabajos sobre Shakespeare.

Es la historia de una vida sencilla, la de un personaje gris, mediocre, cobarde, resignado, sin capacidad de rebelión o respuesta. Quizás la idea central es señalar la rutina o poca relevancia que puede tener la vida de la inmensa mayoría de los seres humanos. La historia de Stoner, o el balance final de su vida, se puede leer en las primeras líneas. Nació, vivió, murió sin brillantez, apenas deja recuerdos, ni entre sus alumnos ni entre sus compañeros, no hay menciones a su trabajo y su nombre queda sin pena ni gloria. Y esto está descrito en unas pocas líneas, las primeras del primer capítulo.

Desde mi punto de vista, además de lo que se lee en la historia y la que ésta nos cuenta, se puede destacar lo siguiente:

La escasa diferencia entre las vidas brillantes, solamente lo consiguen unas pocas, y la falta de consistencia de la inmensa mayoría de los seres humanos, tal y como he dicho antes. Todos los personajes que aparecen en su vida son casi tan mediocres como él y tan solo algunos alcanzan un mínimo y limitado éxito. Esposa, hija, padres, suegros, amigos, compañeros, alumnos, incluso su amante. ¿Querría el autor decirnos que la vida suele ser sencilla, corta y muchas veces rutinaria?

La represión como mecanismo de defensa para huir del contacto afectivo o de tener que mostrar sus sentimientos, espacio en el que se siente inseguro y acomplejado. Tal vez el autor nos dice lo difícil que son las relaciones humanas vividas en profundidad.

La negación, otro mecanismo de defensa, para evitar la angustia de la frustración. El personaje evita el compromiso afectivo con sus amigos durante la I Guerra Mundial, niega su frustración sexual, acostumbrándose a ella, su rabia ante «el secuestro emocional» de la hija por parte de la esposa, su frustración por el fracaso en su trabajo al no poder ascender en su Departamento de la Universidad, refugiándose siempre en su trabajo. También se acostumbra y acepta la renuncia a la relación positiva, afectiva y satisfactoria que la amante le proporciona. El mensaje parece decir que negar la realidad puede ser útil para evitar sufrimiento.

La sublimación, tercer mecanismo defensivo, dirigiendo su rabia, frustración, represión y miedo hacia un fin más alto que pueda explicarle su actitud. Todo se sacrifica en honor de un bien más elevado: el estudio y la enseñanza o magisterio. Este mecanismo proporciona una mirada desde el exterior hacia el personaje que le hace más comprensible y socialmente aceptado al tiempo que oculta la verdadera situación de dolor que el personaje tiene. Posiblemente, el autor quiera expresar cómo la apariencia es, obviamente, siempre un engaño pero que casi siempre resulta fácil construirla.

A pesar de todo, el personaje mantiene una dignidad y una honradez a lo largo de toda su vida, poniendo su escasa capacidad de placer en el libro que escribe y en el que deposita su vivencia de logro vital y académico. Supongo que el mensaje es que siempre se puede encontrar algo por lo que vivir y por lo que gozar.

La expresión emocional que el personaje muestra se circunscribe a unos pocos momentos: su llanto cuando su profesor, Sloane, muere; su firmeza en el enfrentamiento con otro profesor a consecuencia de la tesis presentada por un alumno y que entiende como de poca calidad y se niega a cambiar su criterio; el dolor ante la evolución de la hija; la leve emoción que siente cuando sabe, años después, del relativo éxito de su amante. Y poco más.

Me parece de gran valor literario el ser capaz de contar en un libro corto toda una vida de manera tan intensa siendo a la vez una vida tan anodina. Tal vez el autor nos envía el mensaje final de que en cualquier caso, la vida merece la pena vivirla si la vives como la has deseado. Esto se ve muy bien en la muerte del personaje, abrazado a su libro y pensando en su vida, en lo que ha obtenido pero respondiéndose a su pregunta final «Y qué esperabas». En ese sentido, el personaje muere tranquilo ya que ha vivido lo que ha deseado, de la manera que ha decidido y con la triste pero tranquila conciencia de haber sido lo que pensó toda su vida. Este es el mensaje fundamental del autor: cualquier vida puede ser vivida de manera equilibrada entre la felicidad y la frustración, entre el amor y la adaptación a la realidad y la adaptación de esta realidad al deseo de uno mismo. Menciono como algo que me parece excepcional, el pasaje final en las últimas líneas (creo que son las dos últimas páginas pero no puedo estar seguro), en las que se describe la muerte de Stoner.

Como reflexión final, me quedo pensativo sobre la existencia de un cierto paralelismo entre la vida del autor y la del personaje. También el autor se dedicó a la enseñanza, también escribió un libro al que amaba pero cuya validez nunca fue reconocida en vida, también tuvo al parecer una vida discreta y poco relevante, tampoco dejó huella en su trabajo docente ni en los ambientes literarios. No sé nada sobre su vida personal, amorosa, social, etc.


En resumen, una novela muy triste pero magnífica y que me hace dar la razón a todos los que piensan que es una gran novela. 

© Luis Box Pérez




STONER. John Williams (Texas 1922-Arkansas 1994)
Editorial ‘Baile del sol’, tercera edición, febrero 2012
Traducción de Antonio Díez Fernández

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