sábado, 27 de abril de 2024

Julia de Castro: 13 de Steve Cavanagh

 



 


El asesino no está en el banquillo de los acusados.

Está entre el jurado.

 





Las novelas policíacas o de suspense no son de mi género favorito, lo reconozco, lo que no quiere decir que no disfrute de vez en cuando, de su lectura y eso precisamente, ha ocurrido con la que hoy os presento.

Pongámonos en situación, un juicio con su acusado y numerosas pruebas que le incriminan más allá de la duda razonable, como dicen en las películas. Pero no es oro todo lo que reluce y en esta historia, como se desprende de su título, no es precisamente el asesino el que está sentado esperando sentencia. Durante el proceso judicial y trabajando a contrarreloj, un grupo de investigadores con el abogado defensor al frente, están convencidos de que hay mucho más detrás de esas pruebas que parecen apuntar directamente al acusado y hacen lo posible y lo imposible por desenmascarar al verdadero culpable.

Esta historia es mucho más que el relato de un juicio por asesinato. Es la lucha entre el verdadero asesino Joshua Kane, tan despiadado como inteligente para el que todo es válido con el fin de conseguir sus objetivos y el abogado defensor, Eddy Flynn, comprometido con la justicia hasta las últimas consecuencias.

Una grata sorpresa esta trama trepidante y angustiosa por momento. Si os animáis a leer esta novela ya me contaréis que os ha parecido.

 

Julia de Castro

Mi verano en libros

Septiembre 2020

martes, 23 de abril de 2024

Nuevo libro: No lo dejes escapar


 

Un libro se lee, se toca, se siente.

Día del Libro: Búscame en Alcalá de Henares


 

Feliz día de san Jorge. Feliz día del Libro


 

MJ Pérez: Por las sonrisas

 


El tiempo, ese que al final marca nuestra vida, a veces nos juega malas pasadas. Cuando nos encontramos en una situación delicada parece ralentizarse. Sin embargo, cuando un momento es feliz, es como si el malicioso Cronos nos acortase la ocasión. Reflexiono muchas veces al respecto y más los 23 de abril.

 

Han pasado 13 años. No me lo puedo creer. Y aquí estoy de nuevo por aquí para rememorar lo bueno, porque aunque te sigo echando de menos cada día y a cada momento, lo que viene a mi mente no es la enfermedad, el color negro que parecía teñirlo todo o mis lágrimas de desdicha.

 

Recuerdo, por ejemplo, el olor de la colonia que te gustaba, aquel libro que me regalaste sin ninguna razón. El cuaderno verde con espiral y con las hojas en blanco (sin rayas ni cuadros) que buscaste por toda la ciudad solo porque yo lo quería. También aquel clip enorme que tanta gracia te hacía o las cosas que he heredado de ti: desde mi pelo oscuro a la forma de mi cara.

 

Te veo a diario en cosas que me hacen ponerme contenta, en tantas experiencias que me gustaría poder contarte y que, en cierta manera sí que comparto contigo. Sé lo feliz que estarías de mucho de lo que ha ocurrido de unos años a esta parte. También que te preocuparías por otras pero que estarías, como sigues estando, presente y dando tu apoyo incondicional.

 

Gracias por todo, como siempre.

Sobre todo, por las sonrisas.