miércoles, 13 de enero de 2016

Marisa Caballero: El Miño

Foto: José Mesa

Los ríos inspiran poemas: Machado, Gerardo Diego, Rosalía de Castro…, han sentido la necesidad de escribir sobre ellos.

Son serenos, discurren por su cauce, casi siempre en silencio, son aguas tranquilas, sosegadas, sembrando vida en su camino. Una canción “Rio Manso”, metafóricamente compara el amor de una pasión imposible con un rio…

“Yo soy como el Paraná, que sin detener su marcha besa la playa y se va...”

Nada de esta apacible imagen, hace pensar en pasiones imposibles, pero sí en embrujos, en filtros amorosos. Incluso se creyó que tras el rio Miño, escondido por la niebla estaba el finis terrae.

Las coloridas barcas de pescadores no temen la niebla, conocen la inmensidad y los peligros del mar. Esperan con un mínimo vaivén, la salida a ese mar bravo que proporcionará el sustento a su familia, así su ligero movimiento las va acostumbrando, suavemente al de la mar.

Rosalía lo entendió:

Pasa rio pasa,
con tu manso rebullir,
pasa, pasa entre las flores
color de oro y de márfil,
a quién con tus dulces labios
dulce cosa has de decir...
pasa, pasa, mas no vean
que te vas al mar sin fin.





© Marisa Caballero Benito 

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