Te he dicho alguna vez...
cada vez que te sumerges
en las profundidades de mi corazón?
¿Qué la luz que desprendes
asemeja un arco iris
despuntando entre las nubes
en una tarde lluviosa y gris?
La risa y la alegría
pasean cerca de mis pestañas
cada vez que te asomas
a los vértices de mi piel.
Y si noto tu tristeza
mimetizo tu llanto
y tu desdicha se clava
en lo más hondo de mi ser.
¿Te he dicho alguna vez
que me falta el aire
si no te siento cerca,
que todo me sobra si adivino
que ya no piensas en mí?
Te estás haciendo tan notable en mis
días
que hace que pierda el compás
en este baile improvisado de pasos
contados.
Jugar contigo en las mañanas
es una aritmética plausible,
mordisquear tu aliento de fresa y limón
una poesía altamente comprometida,
atesorar tus momentos
un relato divertido,
interpretar tus silencios
una ciencia relativa y misteriosa,
tu cuerpo y el mío
una alquimia peligrosa de aclarar.
¿Te he dicho alguna vez
que me resulta muy difícil
no saber si vienes o vas,
si entras o sales
cuando grito tu nombre
en el rumor de la tempestad,
y no logro encontrar la solución
a esta ecuación temporal?
Porque uno más uno se convierte en un
volcán,
en un jeroglífico inviable de descifrar,
en una incógnita difícil de averiguar.
Te he dicho alguna vez…
© Sol Cerrato
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