viernes, 27 de marzo de 2015

Personajes Bíblicos: Rut

Rut




Bisabuela del rey David. 

Rut o Ruth tienen el mismo origen etimológico. Su significado es el de -compañera fiel-

Rut y Noemí celebran su santo el día cuatro de junio.

Su historia fue transmitida oralmente durante generaciones. Ocurrió en tiempo de los jueces (Rut 1:1). Luego fue narrada en el libro que lleva su nombre. Se trata de una viuda pobre que con el tiempo vuelve a casarse y procrea una familia de reyes. El libro consta de cuatro capítulos y es una de las obras maestras de la Literatura hebrea.

Una hambruna desatada en Judá obligó a Elimelec a emigrar en busca de comida; con él iban su esposa Noemí y sus hijos: Majalón y Quelyón. Se establecieron en Moab, región situada al este del mar Muerto.

El primero de los hijos se casó con Rut y el segundo con Orfa. En el transcurso de diez años murió el padre y luego los hijos que no dejaron descendencia. En una sociedad como la judía, la mujer que no tenía padre, marido o un hijo varón que velara por ella no tenía casi derechos.

Noemí decidió regresar a Belén esperando que algunos de sus parientes cuidaran de ella. Así que instó a Rut y Orfa a volver con sus padres. Al principio ellas se negaron a dejarla sola pero como Noemí insistió, Orfa aceptó y se despidió de su suegra, llorando. Rut, en cambio, declaró que no la abandonaría nunca: Donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. (Rut 1:16).

Cuando las dos mujeres llegaron a Belén el pueblo recibió con simpatía a Noemí y sin duda también a Rut, puesto que la muestra de lealtad a la anciana debió de parecerles admirable.

Nadie se hizo cargo de ellas, sin embargo, la Ley mosaica les daba el derecho de recoger lo que los segadores dejaran en los campos de cultivo.
Rut en los campos de Booz.

Acababa de comenzar la cosecha de la cebada, así que Rut se puso a espigar detrás de los segadores. Tuvo la suerte de elegir el campo de Booz que había oído hablar de su nobleza y quiso ayudarla; incluso ordenó a sus segadores que dejaran caer algunas espigas de sus manojos para que ella las recogiera. Cuando Rut regresó llevando consigo unos cuarenta y cinco kilos de cebada y le contó lo que había sucedido, la anciana Noemí se alegró. Booz no era solo un vecino generoso, sino que era un pariente. (Rut 2:20). La Ley obligaba a un hombre a casarse con la viuda de su hermano para que los hijos de esa unión llevaran el nombre de la familia del difunto y pudieran heredar sus bienes; además, dicho deber se extendía a otros parientes en caso de no haber hermanos.

Intuyendo que Booz se interesaba en su nuera, Noemí aconsejó a Rut que actuara sin demora; entonces la joven se lavó, se puso sus mejores vestidos y bajó a la era de Booz, donde él y sus hombres estaban desgranando la cebada.

No te dejes ver de él hasta que haya terminado de comer y beber, le dijo Noemí. Cuando se haya acostado, fíjate bien dónde duerme, vas luego, destapas sus pies y te acuestas; él te indicará lo que debes hacer. (Rut 3:3-4).

Cuando Booz despertó a medianoche oyó decir a Rut “Extiende tu manto sobre mí, porque tienes el derecho de levirato (Rut 3:9). Booz se mostró compasivo; le aseguró que haría lo que ella le pidiera y la dejó dormir a sus pies el resto de la noche, aunque la hizo marcharse antes del amanecer para que nadie supiera que había pernoctado allí. También le dijo que él no era el familiar más cercano y que solo podrían casarse si el otro pariente rehusaba hacerlo; ese hombre, cuyo nombre no se conoce, tenía prioridad sobre la viuda, pero renunció a su derecho.

Se casaron y tuvieron un hijo Obed, que habría de ser el padre de Isaí y abuelo de David.

En la escena final del libro. Noemí aparece con su nieto en el regazo mientras las mujeres del pueblo elogian a Rut por dar más amor a su suegra del que le darían siete hijos, número que simbolizaba la perfección.

Mil años después, en Belén, nació un descendiente de Obed, Jesús, cuya genealogía incluye a Rut y otras tres mujeres.

No se sabe a ciencia cierta quien fue el autor del libro de Rut. Se cree que fue compilado entre los siglos X y VIII a.C., para tener información sobre el linaje del rey David.

Hoy los judíos honran el recuerdo de Rut leyendo su historia durante la Fiesta de las Semanas, que se celebra cada año marcando el final del período de la siega de granos.  







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