Me hago pequeña
ante la inmensidad de tu infinito.
Azules marinos..., turquesas...,
blancos plateados.....
Fundiéndose en un cielo aún más azul
donde planean estas nubes grises
que anuncian tormenta.
Quisiera ser ese barquito velero
que surca tus saladas aguas
blandiendo mis brazos al viento.
O quizás aquella gaviota de pico amarillo
que se lanza y se sumerge en tus aguas
en busca de su matinal sustento
O porque no… ese pez
que viene de tus profundidades
a saltar entre tus olas
asomando sus ojillos y su boca
a un ambiente completamente etéreo.
Siento el murmullo de tu oleaje
y me sitúa en mi presente
en mi aquí y ahora.
Lejos de tanto ruido...
tanta algarabía
que vamos acumulando
en nuestras mentes
con el paso de los años.
Llevo sentada ante ti
quince minutos quizás
o tal vez treinta... no sé...
Mirándote calladamente
empiezo a sentir tu paz ,tu calma
la brisa que me envuelve...
Y ahora sí... por fin
me reconozco.
© Sol Cerrato Rubio
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