El verano es la época de las
sardinas. Se reúnen en cardúmenes ya que son peces gregarios por excelencia y
realiza importantes desplazamientos. Pueden vivir hasta quince años y es
parienta de los boquerones y arenques.
A mí me gusta la sardina y es
una suerte, porque el médico me ha recomendado comerlas ya que mantiene a raya
el colesterol, protege los huesos, está cargada de vitaminas y antioxidantes.
Vamos, es un super alimento.
Y manjar de reyes según el cuento
de las siete sardinas.
Allá por 1885, el rey Alfonso
XII estaba de visita en la Axarquía malagueña y quiso probar las sardinas
pinchadas en cañas, los famosos espetos. A punto de empuñar cuchillo y tenedor,
un malagueño llamado Miguel Martínez le dijo:
—Con los deos, majestad, con
los deos.
Así que ya saben que estos
pescados prefieren las manos antes que los cubiertos.
Hoy mi amiga Victoria me ha
traído esta receta:
Ingredientes:
2 latas de sardinillas en
aceite o tomate
1 manzana verde
1 cucharadita de mostaza o
mayonesa o queso crema (el de untar)
1 chorrito de aceite de oliva
Pan tostado o galletas
saladas
Preparación:
Escurrid las sardinillas,
aplastadlas con un tenedor hasta que queden como una pasta. Cortad la manzana
bien, bien, picadita. Incorporad la mostaza y el aceite de oliva. Todo muy bien
mezclado. Unta esa mezcla en el pan tostado o en las galletas saladas.
Y a
chuparse los dedos
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