domingo, 25 de enero de 2015

José Celestino Mutis y Bosio (Cádiz, 1732 – Santa Fe de Bogotá, 1808)

José Celestino Mutis






Sacerdote, geógrafo, médico, botánico, físico, matemático, mineralogista, maestro y astrónomo.

Se trasladó a América en 1760. Fue médico del virrey de Nueva Granada y desde su llegada a Bogotá se consagró al estudio de la flora y otros aspectos de la tierra americana.

Puso en práctica las propiedades curativas de plantas por él estudiadas, especialmente de la quina; consiguió que se crease la “Expedición Botánica” (1783), instituto científico de investigación que dirigió hasta su muerte, donde se elaboró la monumental obra “Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada”, de la que solo aparecieron tres tomos, por fallecimiento de Mutis y quedaron inéditos un enorme caudal de datos y dibujos que se conservan en el Jardín Botánico de Madrid, más un espléndido herbario y colecciones de pinturas referentes a la fauna.

Gonzalo España, escritor y biógrafo de Mutis le llamó El sabio de la vacuna. Mutis fue ante todo un gran defensor de la inoculación como medida preventiva. Aconsejaba, además, limpiar la ciudad, quemar las basuras, purificar el aire, aislar a los enfermos infestados, fundar poblaciones lejos de lagunas con aguas estancadas, construir los cementerios lejos de las localidades, colocar cal en las sepulturas, sembrar árboles dentro del recinto.

A instancias de un anciano sacerdote de Sopó, durante la gran epidemia de viruela de 1782, investigó el uso de cepas debilitadas de la viruela inoculadas en personas sanas. Hizo el experimento en sí mismo, en algunos de sus alumnos y en treinta y seis niños enfermos del orfanato de San Juan de Dios. Dio resultado y con esta prueba sobrevivieron unas mil personas, pero la epidemia ocasionó muchas muertes. En 1804 la vacuna contra la viruela llegó al Nuevo Reino de Granada.

Según la Organización Mundial de la Salud, la viruela, junto con la peste bovina son las únicas enfermedades que han sido totalmente erradicadas.

Compuso la gramática de algunas lenguas americanas, estudió las variaciones nocturnas del barómetro en las planicies de Bogotá y fundó el Observatorio astronómico de esta ciudad, en 1803. A su lado se formaron naturalistas, geógrafos, pintores, médicos…

Su imagen la tuvimos en los antiguos billetes de dos mil pesetas y en el reverso del billete figuraba la orquídea Mutisia.

También aparece en los billetes de doscientos pesos colombianos emitidos entre 1983 y 1992.

En 1784 fue elegido miembro extranjero de la Real Academia Sueca de Ciencias.

Con gran generosidad puso a disposición de Humboldt sus colecciones y escritos y éste hizo justicia a sus méritos dedicándole dos libros, publicando su retrato al frente de uno de ellos y llamándole ilustre patriarca de los botánicos.

Sostuvo correspondencia con Carlos Linneo a quien facilitó información y croquis y de quien mereció también grandes elogios y que diese su nombre a una planta. Y dijo de él: Su nombre el tiempo no lo borrará jamás.

Sus restos reposan en la Universidad del Rosario en Santa Fé de Bogotá.






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