A los que nos gusta la
Historia:
Los Monjes Cistercienses
llegaron a este retirado valle del río Bajoz en los Montes Torozos en 1147,
gracias a su fundadora doña Sancha de Castilla que tras una visita a París donó
sus heredades de san Pedro y santa María de Aborridos para la fundación de un
monasterio que albergara una reliquia: La Espina de la corona de Nuestro Señor.
Dicha corona la custodiaban
los reyes de Francia. El emperador Carlomagno la había traído de Constantinopla
y el rey, Luis VII, en atención a su esposa doña Constanza, sobrina de doña
Sancha, le hizo este regalo que hoy se encuentra en una de sus capillas.
Los Cistercienses tuvieron
que abandonar el Monasterio en 1835 debido a la desamortización de Mendizábal.
En 1837 lo adquirió don Manuel Cantero exministro de Hacienda, que luego lo
vendió al Marqués de Valderas, don Ángel Juan Álvarez. En 1886, su viuda, doña
Susana de Montes y Bayón estableció allí una escuela primaria y agrícola.
Encomendó la dirección de este Centro a los «Hermanos la Salle».
En los años cincuenta del
siglo XX, el ministro de Agricultura, Rafael Cavestany, promueve un convenio
entre la institución religiosa y el Ministerio de Agricultura, por el cual se
lleva a cabo la restauración del Monasterio, a la vez que se establece una
escuela de Capacitación Agraria, una de las más antiguas de España, para
impartir formación profesional de capataces agrarios, continuando los Hermanos
de La Salle impartiendo enseñanza primaria. Desde 2022 la Fundación Educatio
Servanda está a su cargo.
Los montes Torozos fueron
escenario de importantes acontecimientos. En 1559, tuvo lugar el encuentro
entre Felipe II y Juan de Austria reconociéndose como hermanos. También las
tropas de Napoleón acamparon en ellos antes de librarse la batalla de Medina de
Rioseco el 14 de julio de 1808.
Este Monasterio está muy
cerca de la villa de Tiedra, que os aconsejo visitar, después o antes de
visitar «La Espina», pues también os va a encantar su Castillo, la plaza Mayor,
el Pósito, la Iglesia de san Pedro... Fue el lugar de nacimiento de mi padre.
A los que nos gusta el Arte:
El Monasterio de La Espina
está rodeado por una enorme muralla del siglo XVI. La entrada se realiza a
través de una puerta monumental con arco de medio punto.
Los claustros son del siglo
XVII, de estilo neoclásico. El primero llamado de la «Hospedería» y el segundo
se le conoce como claustro «Procesional». A un lado de los mismos se situaban
las dependencias de los monjes y al otro, la iglesia.
La fachada de la iglesia, del
siglo XVIII, es de Ventura Rodríguez que la edificó de traza barroca. Destacan
sus dos esbeltas torres gemelas de elegante linterna. Su interior, de diversos
estilos y épocas se suman para hacer de ella una iglesia de proporciones
admirables.
El retablo primitivo que era
de alabastro, desapareció durante la invasión napoleónica, aunque está
documentada que la imagen de la Asunción se encuentra en la iglesia de san
Cebrián de Mazote. Santa María en el centro, obra de Inocencio Berruguete. El actual,
de madera policromada y estilo renacentista procede del Monasterio de Santa
María de Retuerta, en Valladolid. Se realizó en los talleres de Diego Marquina,
en Miranda de Ebro, allá por 1578
La «Capilla de la Reliquia»
como se la conoce fue diseñada por obra de Francisco de Praves y edificada por
Juan del Valle en el año 1635. Juan de Lorenzo cinceló la custodia pequeña que
guarda «La Espina». La custodia mayor, plateada, es obra de los talleres
Granda, de Madrid. La imagen de la Virgen del Pilar es obra de Lapayese.
La capilla de san Rafael,
antiguamente llamada capilla del Abad, guarda los restos del promotor de la
última restauración, don Rafael Cavestany y su esposa. Cuenta con una imagen
barroca de san Rafael, una predela del siglo XV de la escuela de Pedro Berruguete,
un sagrario en madera policromada del siglo XVI y una imagen en alabastro de la
escuela napolitana de Domenicio Gazzini del mismo siglo.
Para ver la capilla de los
Vegas, la sala capitular, la sacristía y Biblioteca claustral, la sala de
trabajos (calefactorium), la exposición permanente de mariposas, insectos y
distintos artrópodos de los cinco continentes, es menester que se acerquen a visitar
esta maravilla de monasterio, ya que, el Monasterio de la Santa Espina es uno
de los grandes tesoros de Castilla y León.
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