miércoles, 18 de enero de 2017

Amantes de mis cuentos: Idiomas (Versión francesa)

Puente de Brooklyn visto desde Manhattan







LES LANGUES









Je pars en voyage. En avion. Je monte les escaliers de la main de mon père, il fait chaud; quand nous descendons il fait froid et il y a du vent.

Nous sommes arrivés à New York. Ici on parle l’anglais. Ma maman parle plusieurs langues. Mon papa et moi l’espagnol.

Il y a un mois que nous sommes dans cette ville. Nous habitions avec des amis jusqu’à ce que mes parents ont trouvé du travail. Maintenant nos dormons dans notre maison de Brooklyn, qui fait part aussi de New York. Ma maman va très élégante au travail, elle est dans un bureau. Mon papa s’occupe de garer des voitures. Il porte une salopette.

Mon premier jour de clase la maîtresse m’installa à une table avec d’autres enfants. Ils faisaient un puzzle, et je finis le mien très vite. Elle me caressa la tête.

On écrit les voyelles et les numéros comme en espagnol mais on les dit d’une autre façon. J’ai essayé de parler en anglais, mais je n’ai pas réussi. Je n’ai pas ouvert la bouche…

Pendant la récréation, un gamin me fit tomber par terre. Je suis resté là, les jambes écartées. C’est alors qu’un autre gamin est venu et l’a poussé encore plus fort et lui a fait comprendre qu’il ne devait plus jamais me pousser. Mon nouvel ami m’aida à me lever, me souria en espagnol et on se dit au-revoir avec les mains.

Le lendemain, je l’ai cherché dans la cour. Quand je l’ai vu, on s’est souri, mais chacun s’en est allé de son côté: lui avec les garçons de sa classe et moi je me suis assis dans un coin en attendant la mienne.

Après quelques semaines, la maîtresse s’expliquait mieux. Ma maman me dit que c’est moi que, petit à petit, comprend mieux ce qu’elle dit. Je continue à ne rien dire en classe.

Un dimanche je suis allé avec mon papa jouer à un parc. Et mon ami était là aussi. Je me suis approché de lui, on s’est souri comme toujours et quand j’allais partir il m’a suivi. Je courais et il venait derrière moi. On a grimpé sur le toboggan  et on s’est laissé tomber l’un derrière l’autre. On a joué pendant toute la journée. Mon papa riait de me voir si heureux.

Hier ma langue s’est lachée. Ma maîtresse et tous les élèves sont restés bouche-bée. Je suis arrivé à la maison en criant:


Mami, mami, je parle l’anglais. Je suis le plus intélligent de ma classe.

Ma maman, comme toujours, m’a fait tomber des nues. Elle, elle parle le français, l’allemand, l’anglais et l’espagnol. Zut, je n’arriverai jamais à son niveau!!!

Mais, peut-être bien que je parle le français et l’allemand et je ne le sais pas encore!!!!!



Traductora: 

María Ramírez Sánchez nació en Melilla y con 8 añitos se fue a vivir a Oujda, una ciudad del entonces protectorado francés del norte oriental de Marruecos, a muy pocos kilómetros de la frontera con Argelia. Con 21 años se vino a Madrid, donde ha trabajado haciendo traducciones francés-español hasta su jubilación, y donde ha formado una bonita familia de la que se siente muy orgullosa.





En español

Idiomas

Me voy de viaje. En avión. Subo las escaleras de la mano de mi padre, hace mucho calor, cuando las bajo hace frío y viento.

Hemos llegado a Nueva York. Aquí se habla inglés. Mi mamá habla idiomas. Mi papá y yo español.

Llevamos un mes en esta ciudad. Hemos estado viviendo con unos amigos hasta que mis padres han encontrado trabajo. Ahora dormimos en nuestra casita de Brooklyn que también es Nueva York. Mi mamá va muy elegante a su trabajo, está en una oficina. Mi papá parquea carros. Viste un mono.

El primer día que fui al colegio la profesora me sentó en una mesa con otros niños. Estaban haciendo un rompecabezas, así que hice el mío en un santiamén. La profesora me revolvió el pelo.

Las vocales y los números se escriben igual que en español pero las llaman de otra forma. Intenté hablar en inglés pero no me salió. Así que estuve todo el tiempo callado.

En el recreo un niño me tiró al suelo. Allí me quedé despatarrado. Entonces, vino otro niño y le empujó más fuerte y por las señas que hacía le dijo que no volviera a tumbarme nunca más. Mi nuevo amigo me ayudó a levantarme, me sonrió en español y nos dijimos adiós con las manos.

Al día siguiente lo busqué en el patio. Cuando le encontré nos sonreímos pero cada cual se fue por su lado. Él, con los niños de su clase, y yo a sentarme en una esquina a esperar que comenzara la mía.

Después de varias semanas la profesora se explica mejor. Mi mamá me dijo que era yo quien poco a poco iba comprendiendo lo que ella decía. Sigo sin decir palabra en clase. 

Un domingo mi papá me llevó a jugar al parque. Y allí estaba mi amigo. Me acerqué, nos sonreímos como siempre y cuando me fui a marchar él me siguió. Yo corría y él venía detrás, nos subimos a una canal y nos tiramos uno detrás del otro. Estuvimos toda la mañana jugando. Mi papá se reía al verme tan feliz.

Ayer se me soltó la lengua. Dejé boquiabiertos a la profesora y a todos mis compañeros. Llegué a casa gritando:

-Mami, Mami, ya hablo inglés. Soy el más listo de mi clase.

Mi madre, como siempre, no tardó nada en bajarme de las nubes. Y es que ella sabe francés, alemán, inglés y español.

¡Caray! Nunca alcanzaré a mi madre.

Aunque pensándolo bien, a lo mejor hablo francés y alemán y aún no lo sé.




© Marieta Alonso Más





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