Siempre nos dicen
que seamos positivos.
Debemos sacar alguna
experiencia enriquecedora de cada desilusión.
Una lección de vida.
Porque tu sueño
acabará por cumplirse.
Sólo hay que perseverar.
No desanimarse.
Seguir adelante.
Parece una buena
filosofía.
Sin embargo, no
puedo evitar preguntarme si será la correcta.
No soy de las que
creen en los sueños vacíos y en la falta de trabajo.
Por eso pienso que hay
que educar en la posibilidad del fracaso.
En sí tener una
mente optimista no es negativo.
Lo que es peor es
ser incapaces de encajar las derrotas.
No se trata de dejar
atrás tus metas.
La cuestión radica
en que es imposible ganar siempre.
Pues la suerte y los
contactos, por desgracia, importan.
Quizás dé la
sensación de que quiero quebrar ilusiones y no es lo que pretendo.
Simplemente, creo
que deberíamos saber que fracasar no es el fin del mundo.
Porque, en realidad,
es parte de la vida.
© M. J. Pérez
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