miércoles, 25 de julio de 2018

Harper Lee: Matar a un ruiseñor

Atticus Finch (Gregory Peck) y Tom Robinson (Brock Peters).
Escena del juicio de la película 


Novela gótica sureña de Harper Lee publicada en 1960. Empleó dos años en escribirla y presentó su trabajo a un agente literario que le había recomendado Truman Capote con el que le unía una buena amistad desde la niñez. Tuvo un éxito instantáneo ganando el premio Pulitzer y convirtiéndose en un clásico de la literatura estadounidense.

El título hace referencia a cuando se causa un gran perjuicio, pues matar ruiseñores que solo cantan y no hacen daño, es un acto malvado. El ruiseñor ‒el sinsonte‒ simboliza la inocencia.

Fue adaptada al cine en 1962. Obtuvo ocho nominaciones a los premios Óscar consiguiendo tres de ellos: Mejor actor para Gregory Peck, mejor dirección artística y mejor guion adaptado para Horton Foote. Harper Lee y Gregory Peck se hicieron amigos y en la tarde que recogió el Óscar llevaba consigo el reloj de bolsillo del padre de la escritora.

El libro también ha sido adaptado al teatro. Desde 1990 se representa anualmente en Monroeville, Alabama, la ciudad natal de la autora.

Ligero resumen: 

En tiempos de la Gran Depresión, en un pueblo ficticio de Alabama, el abogado Atticus Finch defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Muchos le recomiendan no asumir la defensa por lo negativo que sería para su carrera, pero él sigue adelante, convencido de la justicia. Esta decisión hará que sus dos hijos pequeños, huérfanos de madre, le tengan más respeto y admiración, y descubran en carne propia el odio racial de la sociedad en que viven.

Siendo un tema sobre la violación y la desigualdad racial destaca su calidez y humor, su tolerancia y condena los prejuicios, su coraje, compasión y la necesidad de ser mejores seres humanos.

La autora afirmó que su novela no era una autobiografía sino un ejemplo de cómo un autor «debería escribir sobre lo que conoce y de forma sincera». No obstante, personas y sucesos tienen un paralelismo con la vida de Harper Lee.  

Críticos y estudiosos de la obra expresan que su autora tiene un excepcional talento para contar historias, que su arte es visual y con fluidez cinematográfica y sutilezas, que las escenas se funden unas con otras sin sobresaltos de transición. La novela ha sido comparada con El guardián entre el centeno de J. D. Salinger y Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain.

Un año después de su publicación ya había sido traducido a diez idiomas. Desde entonces se ha vendido más de treinta millones de copias y traducido a más de cuarenta idiomas.

Harper Lee en una entrevista expresó que deseaba ser «la Jane Austen del sur de Alabama» por su desafío al orden social preestablecido y destacar el valor individual sobre la posición social.

«Matar a un ruiseñor» es una historia amada y odiada por igual, unos dicen que sí, otros que no, unos que quiso decir esto, otros que quiso decir aquello, y ese equilibrio hace que se siga leyendo, que sobreviva. Algo que su autora ni sus editores imaginaron en el momento de publicarlo.




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