jueves, 18 de octubre de 2018

Ian McEwan: La ley del menor

Ian McEwan


  


 


















«Pasión por la lectura». Es un grupo compuesto por catorce personas que disfrutan leyendo. No hay jerarquías. Todas las opiniones son válidas. El azar y la empatía nos unió. Hace más de tres años que un miércoles cada quince días nos reunimos, no en cualquier lugar, no, lo hacemos en una cafetería que brinda un espacio increíble, unas tartas deliciosas, unas bebidas exóticas, sensuales y con un servicio inmejorable.


Todo este preámbulo es para dar paso al comienzo de este curso.


Angelines recomendó esta novela e hizo la introducción. Todos la hemos leído y el veredicto ha sido unánime. Muy buena.


Título: La ley del menor


Autor: Ian McEwan


Género: Narrativa


Editorial: Anagrama


Año de edición: 2015



Resumen:


Fiona Maye, jueza del Tribunal Superior, especializada en derecho de familia, se enfrenta a un dilema laboral: Adam Henry, menor de edad, padece de leucemia y rechaza una transfusión de sangre, al profesar la fe de sus padres, que son Testigos de Jehová. Su futuro no está en sus manos sino en las del Tribunal del Menor que Fiona preside.


Simultáneamente surge un problema en la vida familiar de la jueza, su marido Jack le pide con mucha educación que le permita tener una primera y última aventura con otra mujer. Se va de casa sin haber obtenido el permiso. Su matrimonio está en una encrucijada.


¿Hasta qué punto podemos escaparnos de nuestra realidad?


El tiempo en la novela es impreciso, hay capítulos de una hora, de días, de meses. Respecto a la enfermedad ‒solo se habla de transfusiones‒, no de trasplantes. Cuando Fiona va a visitarlo al hospital, comprueba lo sensible, ingenuo y a la vez maduro que es el joven, y hablan de poesía y religión. El autor pergeña renglones que atrapan al lector cuando ella canta y Adam toca el violín, jugando con la música, con la descripción de la lluvia, con el agua y el fuego como si se palpara la frialdad y el calor, con la utilización de los adjetivos, con la chimenea apagada al principio y encendida al final. La primera página es como si se estuviera rodando una película.


Con su gran oficio de escritor Ian McEwan nos adentra en una perfecta simbiosis entre la forma (perfectamente elaborado por la técnica narrativa, tan lograda del autor) y el fondo: Una realidad triste, una crisis personal, unos dilemas éticos, y unas responsabilidades morales difíciles de resolver.


Hay que leer más libros de este autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario