miércoles, 31 de julio de 2019

Olga Picasso


Nació en 1891 en Nizhin, ciudad del antiguo imperio ruso, hoy Ucrania, en el seno de una familia aristócrata. Su padre fue oficial de la armada del Ejército Imperial Ruso. En 1912 fue elegida por Serguéi Diáguilev para formar parte de la famosa compañía de los Ballets Rusos.

Conoció a Pablo Picasso en Roma, a principios de 1917, cuando el pintor estaba creando los decorados y el vestuario del ballet Parade. Se casaron el 12 de julio de 1918 en la iglesia ortodoxa rusa de la calle Daru, con Jean Cocteau, Max Jacob y Guillaume Apollinaire como testigos. Paulo Ruiz Picasso su único hijo, nacía el 4 de febrero de 1921. 

Olga será la musa del período “neoclásico” donde Picasso vuelve al retrato tradicional. La representa con líneas suaves y elegantes, bajo la clara influencia de Ingres, y a menudo en actitud melancólica, sentada, leyendo o escribiendo. También en varias escenas de maternidad, composiciones que desprenden una inédita dulzura. Las escenas familiares y los retratos de Paulo nos hablan de una felicidad serena.

Pero en 1927 el matrimonio comenzó a deteriorarse, por la relación secreta de Picasso con una joven francesa, Marie-Thérèse Walter, de 17 años. Nunca llegaron a tramitar el divorcio. 

A partir de entonces, la figura de Olga sufrirá una metamorfosis. En 1929 en el Gran desnudo en un sillón rojo, Olga es puro dolor. A partir de la separación, la presencia de Olga en la obra de Picasso se hace más discreta.

Hasta el día de su muerte en 1955, seguiría escribiendo cartas diariamente a quien consideraba su marido ante la ley. 

   




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