Me he dado cuenta que son muchas las
personas a mi alrededor que luchan contra viento y marea para que el día a día
no se las trague. Esa gente, que es como tú o como yo, en muchas ocasiones
batalla en silencio contra algo que no es visible para todo el mundo. Hacer la
compra, salir a una calle abarrotada o el hecho de tener que tomar el
transporte público a diario supone un auténtico esfuerzo.
Es muy duro, porque a veces la falta
de información convierte a personas cercanas en sus peores enemigos. El vecino
que te pide que te animes, la supuesta amiga que te pregunta por qué estás así
o el compañero de trabajo que cree que te lo inventas para faltar a tu
puesto... En ocasiones son más dañinos que tus propios pensamientos. Puesto que
en casos de ansiedad o depresión son los detonantes de muchas cosas.
Rompo una lanza y
entrego mi escudo a estos luchadores, estas personas que deben lidiar con su
propia lucha interna cada día. Y que, además, se encuentran en la complicada
situación que es poco lo que se conoce de esta enfermedad. Es mucho más fácil
banalizar un proceso que intentar entenderlo en toda su dimensión.
Por todo ello, vecino, amiga y
compañero, os pido que no os dejéis llevar por una primera impresión ni quitéis
importancia a algo tan serio como una enfermedad mental. No es necesario que
seáis expertos en la materia. Me parece absurdo. Pero sí os ruego que os
informéis. Padecer ansiedad o depresión es algo muy serio.
Más respeto y empatía. Por favor.
© M. J. Pérez
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