Ser mujer, amigo mío,
no ha sido fácil.
Te recuerdo los
tiempos obsoletos
y las mujeres
sufragistas.
La brutal represión de
aquellas obreras que gritaban igualdad.
Las noches de
persecuciones por pedir el derecho al voto.
La estigmatización de
sus familias y entornos.
La cárcel y la
violencia.
Ahora todo parece
diferente.
Pero te recuerdo que
hace solo seis décadas,
viajar sola en este
país estaba prohibido.
Tener una cuenta
bancaria, era un sueño difuso.
Trabajar en ciertos
oficios, una quimera delicada.
Y la educación
universitaria, solo llegaba a algunas privilegiadas.
Pero no te
equivoques,
ser mujer en el siglo
XXI continúa siendo un desafío.
Un envite a la
discordia y la discusión,
en un mundo hecho a
vuestra medida y condición.
Es retar al temor, al
regresar sola a casa en una oscura noche.
Saber que tu salario
será menor que el de tu compañero.
Es tener que aclarar
la confusión entre sexualidad y maternidad.
Crecer con el miedo de
ser asesinada por una pareja trastornada.
Cargar con las tareas
del hogar además de un trabajo remunerado.
Pero también te diré
amigo...
que ser mujer en
Europa al abrigo de las conquistas sociales
es mucho mejor que
vivir en otros rincones del planeta;
donde la vida de las
mujeres todavía sigue siendo
un mal sueño
regresando de un infierno
demoledor.
© Sol Cerrato Rubio
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