miércoles, 21 de junio de 2023

Santo Domingo de la Calzada

 



Es una población que sirve de meta, posada y fonda del Camino de Santiago que aquí dejó de llamarse Camino para ser Calzada. Pertenece a La Rioja, partido judicial de Haro a orillas del Glera. En ella halló la muerte Enrique II de Castilla en 1379.

Acariciada por viejas murallas, sus calles son rectas, paralelas, adornada por antiguos palacios, casas solariegas, señoriales. Ciudad histórica, milenaria donde el viajero llamado peregrino encuentra en cada calle una capilla, en cada plaza un oratorio. En su suelo se narra la historia en cada pisada.

Así es Santo Domingo de la Calzada con su famoso milagro donde «cantó la gallina después de asada», para demostrar la inocencia de un peregrino que había sido ajusticiado por una denuncia falsa.

La Catedral hacia el año 1180 ya estaba terminada, tiene planta en forma de cruz latina, tres naves, transepto, girola, triforio y diez columnas. El ábside es la parte más antigua del más puro estilo románico. Cabe destacar el retablo mayor, labrado por Damián Forment entre 1737 y 1741.

El sepulcro de Santo Domingo de la Calzada es una obra donde confluyen varios estilos. Románica es la estatua yacente del siglo XII, gótica la mesa en la que se narran sus milagros y el templete de alabastro, gótico florido.

Para recordar el popular milagro y frente al sepulcro se alza la hornacina donde viven un gallo y una gallina de color blanco.

La torre de la Catedral exenta fue levantada entre 1767 y 1769. Barroca de sesenta y nueve metros, es la torre más alta de La Rioja.

La capilla de la Magdalena es quizás la más rica y bella del templo.

El coro es una auténtica joya de escultura renacentista. Consta de dos cuerpos con 33 sillas altas y 26 bajas. Asiento movible y en los respaldos imágenes de santos y apóstoles en las de arriba y de santas y vírgenes en las de abajo. En el centro la silla episcopal con doselete, columnas talladas y la imagen de santo Domingo de la Calzada.

Entre los restantes edificios sobresalen el convento de San Francisco, reconstruido en 1571 según trazas de Juan de Herrera; el convento de las Bernardas, templo sólido de una sola nave, construcción del siglo XVII. El altar mayor tiene un retablo con pirámides invertidas; el Palacio Municipal con una elegante fachada en cuyo cuerpo superior están los escudos de las armas de Castilla.

 


Merece la pena

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