martes, 3 de octubre de 2023

Amantes de mis cuentos: Reminiscencias

 



La niña de unos siete años encogida en una esquina, horrorizada por la violencia y por el brillo del filo del cuchillo que levantaba la pareja de su madre, no podía emitir sonido. Primero oyó la pelea entre ellos, cosa común, luego un puñetazo que hizo caer a su madre, cuando levantó la vista fue cuando la vio.

−Os voy a matar a las dos –y movía la cabeza como si le apretase el cuello de la camisa.

Su madre impertérrita la miraba, sabía que le estaba diciendo que huyera, pero para poder huir tenía que pasar por el lado de ese hombre. Entonces vio cómo mamá posaba la mirada en la mesa donde un mortero de piedra se ofrecía como arma letal.

Desde entonces, cada mañana madre e hija despiertan no con aquel sueño aterrador de antaño, si no con la imagen de un paisaje luminoso, el crujir de un columpio, el sabor de una limonada y la sensación, de haber dormido a pierna suelta.

 


© Marieta Alonso Más

 

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