lunes, 3 de diciembre de 2018

Amantes de mis cuentos: Caradura


 


Alcanzo una media de inteligencia superior a todos los que me rodean y por eso me paso el día en la cama.

«Mi pobre hijo no tiene suerte», dice mi madre a las vecinas porque encuentra muy doloroso llamarme «flojo». Yo le explico que es un golpe de fortuna ser como soy, que el porvenir es de los vagos. Si ella pensara con lógica podría preguntarse ¿Qué persona trabajando todo el día es capaz de hacerse rico?

Mi madre nunca ha tenido pereza para lavar, planchar, cocinar, coser, limpiar la casa, atender un puesto en el mercado, sacar la basura, pero así no tiene tiempo para pensar. En cambio, yo podría inventar la ropa de usar y tirar, unas píldoras para no sentir hambre, un robot para la limpieza, un androide representante, ella solo tendría que sacar la basura en la noche y eso para hacer algo de ejercicio por su edad. Odio ver a mi madre trabajar como una esclava. Me desperezo y con gran cariño le digo:

-Mamá ¿me traes un café?
© Marieta Alonso Más

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