Alcanzo
una media de inteligencia superior a todos los que me rodean y por eso me paso
el día en la cama.
«Mi
pobre hijo no tiene suerte», dice mi madre a las vecinas porque encuentra muy
doloroso llamarme «flojo». Yo le explico que es un golpe de fortuna ser como
soy, que el porvenir es de los vagos. Si ella pensara con lógica podría
preguntarse ¿Qué persona trabajando todo el día es capaz de hacerse rico?
Mi
madre nunca ha tenido pereza para lavar, planchar, cocinar, coser, limpiar la
casa, atender un puesto en el mercado, sacar la basura, pero así no tiene
tiempo para pensar. En cambio, yo podría inventar la ropa de usar y tirar, unas
píldoras para no sentir hambre, un robot para la limpieza, un androide representante,
ella solo tendría que sacar la basura en la noche y eso para hacer algo de ejercicio
por su edad. Odio ver a mi madre trabajar como una esclava. Me desperezo y con
gran cariño le digo:
-Mamá
¿me traes un café?
© Marieta Alonso Más
Cara dura es poco.
ResponderEliminarY que lo digas. Un abrazo.
EliminarUf, hay mucha gente así hoy en día.
ResponderEliminarLa hay.
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