El paso
de los años puso un sabor amargo
en las
pupilas de tus días.
Perdona
cariño.
No
escupas tu tristeza de golpe en mi cara.
Ni
arrojes tu ego sin medida a los pliegues de mis manos.
Sin darte
cuenta perforas mis arrugas de amargura.
Y
oscureces el brillo de estos cálidos sentimientos.
Rescatemos
la alegría que nace del corazón sincero.
Volver a reír
sin un por qué y sin mesura.
Respirar
hondo y dejar ir las estelas del pasado.
Olvidemos
el dolor causado por los innombrables…
Los
ladrones de sueños,
los impostores
de recuerdos,
los
asesinos de la palabra,
los
tiranos de la vanidad,
los
engañosos de la envidia.
Quiero
volver a volar sobre el aroma de las flores.
Y regresar
a la sonrisa inocente
de esa
niña que juguetea en mi mente
junto a
un campo de amapolas y cereales.
©Sol Cerrato Rubio
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