De nuevo el solsticio de invierno,
tiempo para soltar lo
negativo,
divisar nuevos deseos
y renacer desde dentro.
Días de tradiciones y polvorones.
Nos envolvemos en comidas
familiares
y velas de colores.
El pesebre y el niño Jesús,
La Estrella de Belén, los Reyes
Magos
y los apreciados regalos.
El árbol de Navidad, las bolas, los trineos
Papá Noel y los renos.
Esta Navidad he tatuado
en mi corazón,
una palabra inclusiva.
Con la P de perdón
con la A de
alegría
con la Z zigzag.
Esa PAZ necesaria, imprescindible
para todos los hogares,
y sobre todo para aquellos que sobreviven
bajo yugo de las atroces guerras mundanas.
Y desde aquí alzo mi voz
para pedir un deseo.
Ver crecer miles de plantas
en las praderas, en los jardines,
en las montañas,
y que no se talen los amables
arboles de las ciudades.
FELIZ NAVIDAD
© Sol Cerrato Rubio
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