Perdiendo los recuerdos
Primer premio de relato corto
VIII edición
“Amor en un minuto” de la cadena
SER Madrid-Sur
Muestra tus lágrimas para que
yo las vea
y no mires atrás, solo
dirígete al futuro.
Hoy, hay lágrimas, mañana si
hay suerte
habrá sonrisas que marcaran
el camino hasta el cielo.
En estos momentos de
incertidumbre y desasosiego en mi vida, te mando esta misiva, para comunicarte
que estoy bien y que en este lugar, me tratan con respeto y amabilidad, aunque
es muy triste. La gente, va de un lado para otro sin decir nada, las
jeringuillas corren por los pasillos de la mano de unos locos con bata blanca,
que al menor desacato, ponen correas y mordazas a los que no obedecen. Hay
silencio, tranquilidad, pero de pronto, todos empiezan a gritar e intentan
salir de aquí, pero estoy bien, de verdad que estoy bien, pronto me recuperaré
de esta triste enfermedad y volveremos a disfrutar de esos paseos cogidos de la
mano por la orilla del río.
Todos los días viene a verme
una mujer que me habla de sus cosas y de sus hijos, me enseña fotos y me dice
que un hombre mayor que sale en ellas, soy yo, y que los niños que hay allí,
son nuestros hijos. Pobrecilla. Creo que no está bien, pero le dejo que hable y
la miro a los ojos, que por cierto son azules como los tuyos y la consuelo
muchas veces cuando llora amargamente. Pobre mujer. No quiero que estés celosa,
pues ya sabes que solo te quiero a ti, pero esa mujer… me inspira sosiego y no
puedo dejarla sola. Sé que le hago falta. Me dice que no vive en el hospital,
pero creo que sí. Me miente. Está enferma y seguro que no la dejan salir. No
entiendo porque nos tienen juntos, a enfermos normales, con personas que no
están en su sano juicio.
Suele venir todas las tardes
a última hora, deja la foto en la mesilla, me afeita, me ayuda a ponerme el
pijama, me da la cena, que por cierto cocina muy bien y no como en este sitio.
Sé que no te gustará lo que
te voy a decir, pero tengo que contártelo, cuando viene y se va, me da un suave
beso en los labios, un beso que me deja algo así, como un recuerdo a sabor a
manzanilla, como los que tú me dabas cada día y que ahora en la lejanía los
añoro. Le tengo que dejar que haga estas cosas es el único momento en que la
veo sonreír, pero te amo solamente a ti.
Querida mía, que mi recuerdo
permanezca siempre en tu corazón, pues tu cariño es mi única esperanza. Me
despido de ti, esperando que si tus padres te dejan venir a visitarme algún
día, así lo hagas.
Un beso muy fuerte amada mía.
Siempre tuyo. Amaro
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