Tengo una amiga de la
infancia. Estudiamos en el mismo colegio, en la misma Universidad, trabajamos
en la misma Empresa, nos casamos el mismo año y cada una tuvo tres hijos: ella varones,
yo chicas. Enviudamos con mes y medio de diferencia. Ya estamos jubiladas.
Por suerte, aunque vivimos en
la misma ciudad, media hora de trayecto en autobús nos separa. Lo digo porque a
veces me dan ganas de retorcerle el pescuezo. Si digo de ir al cine hay que ver
la película que ella quiere, si vamos de compra considera una birria lo que a
mí me gusta, si la animo a formar parte de un Club de Lectura, más de tres es
multitud, si la invito a merendar pone pegas a todas las tapas y dulces que
pongo en la mesa…
Pero, hoy, otra amiga se ha
puesto a despotricar de ella y me ha sentado fatal.
© Marieta Alonso Más
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