lunes, 21 de noviembre de 2016

Castillo de Cortegana (Huelva)

El castillo iluminado durante la Feria Medieval

Una visita a esta fortaleza hace que conozcamos a Raquel, gran profesional que se desvive por contar todo lo relacionado con este recinto.

Toda esta zona serrana era territorio de disputa entre Castilla y Portugal. La tradición nos dice que dicho castillo fue construido allá por el siglo XIII. Hasta 1253 no aparecen los primeros datos fiables. Ese año Alfonso X lo entrega al Concejo de Sevilla. Muchas voces se desvinculan del rey Sancho IV de Castilla, el posible fundador, que en 1293 autorizó construir varios castillos para la defensa de su territorio, pero en ese documento no se nombra a Cortegana. Podría ser que dicho castillo ya existiera con anterioridad a este permiso real.

Existe una leyenda, recogida por Juan de Ledesma en 1633, que declara que dicho Castillo fue fundado por un caballero llamado Pedro Domingo que llegó a Cortegana, tras caer en desgracia en la Corte.

El Castillo se encuentra a unos cuarenta kilómetros de la frontera portuguesa y a unos ochocientos metros de altura sobre el nivel del mar. Pertenece a la segunda línea defensiva de castillos edificados en esta zona para la defensa de Sevilla, ante posibles invasiones del vecino portugués. Por estar en esa segunda posición era al que menos palos le daban los portugueses. Si se veían en peligro avisaban con señales de humo a la guarnición de Sevilla pidiendo ayuda. Unos diez o doce soldados estaban aquí.

El Castillo está compuesto por dos sectores: la cerca y el alcázar.

La cerca es la primera línea de defensa del recinto. Es un muro adaptado a las curvas de desnivel del terreno. Las torres son de planta circular, cuadrada y rectangular. El alcázar en el centro de la cerca es un edificio de planta casi rectangular cuyo perímetro se articula con sus torres. Comprende el patio de armas y el palacio.

El patio de armas es un espacio abierto desde el que se puede acceder a cualquiera de las torres o estancias del castillo mediante un adarve o paseo de ronda. Su subsuelo tiene un aljibe destinado a recoger agua de lluvia para el suministro, en él caben unos cincuenta mil litros de agua.  

El palacio o zona residencial posee dos plantas: la inferior con cinco estancias y la superior con tres, todas cubiertas con bóvedas de cañón. La planta baja estaría dedicada a albergar las caballerizas y los aposentos de tropas; y la superior a la residencia del jefe militar del castillo.

Las reformas más importantes fueron hechas en época de los Reyes Católicos. La Torre del Homenaje se levantó entre 1478 y 1482. La mazmorra era de un metro por un metro. Tiraban al preso desde una trampilla que hay en el paseo de ronda. Menuda caída.

Hay un monumento dedicado a Amadeo Romero Tauler, miembro de la Academia Sevillana de Buenas Letras. Gracias a él, hoy el Castillo, es el segundo mejor conservado de Andalucía.

En una de las estancias vemos una ballesta chica que alcanzaba hasta unos cuarenta metros, la grande podía llegar a noventa metros. Un escudo que pudo ser para un hombre de un metro cincuenta de estatura. Un hostiario que era el molde donde se hacían las hostias no consagradas.

Las paredes por algunos lados llegan a tener hasta cuatro metros de grosor. La piedra ayuda a que el calor y el frío no sean excesivos. En una de las estancias Raquel pidió a un matrimonio que uno de ellos se pusiera de frente en una de las esquina de una pared aboveda y el otro en la otra esquina en diagonal y se dijeran palabras o promesas de amor. Hablaron en susurros, nadie pudo escucharles pero entre ellos sí. Este método en la Edad Media servía hasta de confesionario, también para no tener que gritar las órdenes y quizás para no acercarse mucho entre ellos pues en aquella época los hombres se bañaban de Corpus a Corpus.   

Establecida la paz y acotada la frontera con Portugal, el Castillo queda bajo la umbría histórica. Está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Perteneció a Sevilla hasta 2006.

En la actualidad los peores enemigos del castillo son el hielo y los vencejos.

El municipio de Cortegana tras la división provincial del siglo XIX, queda enclavado dentro de la provincia de Huelva. La mayor parte de sus habitantes viven de la agricultura y la ganadería de vacuno y bovino. Como producto forestal destaca el corcho, corteza del alcornoque que se extrae cada nueve años. Gracias a otra actividad económica de aquí salen los frenos de la caballería Real de Madrid.

De noche desde lo alto del Castillo se puede divisar Portugal, Sevilla y con mucho amor la ría de Huelva.


Id a conocerlo. Os gustará. 

Castillo de Cortegana

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