Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar
que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si
lo que quiero decirte es que te amo?».
FERNANDO PESSOA (1888-1935)
Poeta portugués
MARTINA Y CALISTO
Dicen que cada uno de
nosotros tiene en algún lugar del mundo su otro medio yo, y
que tiene que buscarlo para que no sufra su otro
medio corazón.
Esta es una bella
historia de Martina y Calisto, dos almas puras y llenas de
amor que en su camino se encontraron y allí, donde quieran que
vayan, siempre, unidos los dos.
Pasaban las horas y donde
antes se oían las risas y charlas animadas ahora sólo
se oía el tic-tac de las agujas de un viejo y sabio
reloj.
—¿Dónde estás? ¿Por qué
no te encuentro? —gritaba Calisto.
Y ella, con voz apagada y
casi sin aliento, desde la lejanía de no más de
cinco metros, le contestaba:
—Ya voy, Calisto, espera,
amor mío, que ya voy a tu encuentro.
Martina iba despacio, no
podía correr; apoyada por un bastón de madera, iba
silenciosa arrastrando su delicado e hinchado cuerpo
sostenido por sus desgastados y dolorosos pies. Sus ojos
envueltos por los surcos de una vida ya vivida se
mantenían puros e inmaculados, manteniendo en ellos su sempiterno
amor por Calisto, recelosamente durante años custodiado
en su corazón. Y allí permanecían, solos los dos, ella y él
en aquella vieja casa que un día, nido de amor fue.
—Pero…¿dónde
estás?—musitaba Calisto, transido de dolor—. Martina,
Martina, ven…Ven a mi encuentro, ven, por favor.
Y ella, a duras penas
continuaba pasito a pasito arrastrando sus pies, deseosa,
nerviosa por encontrarse de nuevo con él.
—Extiende tus brazos
Calisto, que ya llego.
Sus cuerpos titilantes se
abrazaron pero sus ojos ya no podían ver, y así un
día tras otro hasta que una noche de Luna cerrada su beldad
quedó por siempre impresa en su piel.
—Buenas noches, Martina.
—Hasta mañana, Calisto.
El día ya había pasado
quedándose dormido un nuevo amanecer.
© María del Carmen Aranda
María del Carmen Aranda
Escritora
Embajadora Universal de la Paz en España del Círculo de Embajadores con sede en Ginebra-Suiza; París-Francia
No hay comentarios:
Publicar un comentario