Otra fiesta con
temática de princesas en el vecindario.
Ariel, Bella,
Aurora... Están
todas.
Las pequeñas parecen
contentas embutidas en sus pequeños vestidos.
Aunque no todas.
Una de ellas tiene
el ceño fruncido.
No juega ni habla
con nadie.
Hay quien ha llegado
a preguntarle si está enferma.
No lo está. Sólo
enfadada. Indignada.
Esas no son las
princesas que a ella le gustan.
A esas hay que
ayudarlas en todo.
Con manos
temblorosas al fin se quita la trenca.
Su traje de princesa
Leia es maravilloso, brilla como el sol.
Está encantadora con
él y, como mujer, me siento orgullosa.
No todas las niñas
quieren ser princesas delicadas.
Algunas desean ser
guerreras. Muchas lo deseamos.
Queremos serlo.
Elegimos serlo.
(Aquí mi pequeño
homenaje a Carrie Fisher. Gracias por todo, princesa)
© M. J. Pérez
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