martes, 14 de marzo de 2017

Javier Clavero: No ocultes tus ojos

La chiquita piconera (1930)
Julio Romero de Torres


Inteligente, bella, bellísima, tanto que…

Si Julio Romero de torres se hubiera cruzado con ella, sin duda, hubiera pintado a la mujer más hermosa.

Sus lindos ojos azabaches, tras un abanico asomaban temerosos, anhelaban amar y ser amados.

Sus labios carmesí dejaban entrever  una pasión desbordada, el deseo de pecar… De que sus almas se fundieran.

Mas, una vez más, aparecía el abanico tras el cual sepultaba sus sueños.

Abanico protector, traicionero que la alejaba inexorablemente de vivir, de ser y de amar.


© Javier Clavero










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