Es una de las ciudades
medievales mejor conservadas del mundo. Situada a solo 90 kilómetros de Bruselas,
alberga uno de los mejores cascos antiguos de Europa, declarado Patrimonio de
la Humanidad en el año 2000.
Su historia se remonta a la
Edad del Hierro y al período galo-romano, su nombre que proviene del noruego antiguo,
significa puentes. Y con razón, pues es una ciudad llena de puentes debido a
los canales que la atraviesan. Se la conoce como «La Venecia del Norte» y en
ella Tomás Moro escribió su famosa «Utopía». Desde 1830 es parte del reino de
Bélgica.
Fue en el siglo IX cuando el
nombre de Brujas aparece por vez primera. Las primitivas murallas fueron
construidas en 1127 y el progreso hizo que se convirtiera en un centro portuario
y comercial de gran importancia para Europa, siendo la primera ciudad del
continente que tuvo contactos con Inglaterra, a través del comercio de la lana.
Es en esa época cuando se construye la imponente Atalaya sobre la Gran Plaza y
el palacio de la familia Van der Buerse, que se convertiría en un palacio
financiero, dando su nombre al actual concepto de «Bolsa».
Gracias al mecenazgo de
Felipe el Bueno, se convirtió en la capital del arte flamenco de la mano de Jan
van Eyck, quien mostrara el camino a los primitivos pintores flamencos. A
finales del siglo XV entró en un período de estancamiento. Fue incorporada al
imperio de los Habsburgo y el descubrimiento de América trasladó los intereses
económicos del Atlántico al Mediterráneo.
Su tejido urbano se
caracteriza por un laberinto de pequeñas calles y una sucesión de recoletas
plazas públicas. Monumentos principales son:
El Grote Markt, la Gran Plaza,
que es el centro neurálgico. En ella estuvo la catedral de San Donaciano,
destruida en 1799 durante la ocupación francesa. Todos los sábados se celebra
un mercado. Destaca su campanario, Belfort, con más de ochenta metros de altura
y tras subir trescientos sesenta y cinco escalones se obtienen unas bellas
vistas de la ciudad.
Cerca de la Gran Plaza se
encuentra la plaza del Burgo, quizás la más bonita de la ciudad, en la que
destacan la basílica de la Santa Sangre, el Franconato y el Ayuntamiento.
La catedral de San Salvador
es otro de los monumentos que se deben visitar. Es el edificio más antiguo: los
inicios de su construcción datan del siglo X. No menos importante es la iglesia
de Nuestra Señora del siglo XIII, con su torre de más de cien metros. En su
interior alberga una escultura de la Virgen con el Niño, de Miguel Ángel.
Hay dos museos que merece la
pena destacar. El Gruuthuse una mansión medieval que hace retroceder cinco
siglos y el museo de arte Groening.
La arquitectura de Brujas se
distingue por el estilo gótico y por un tratamiento en las fachadas el llamado «tramo
de Brujas».
Por último y antes de dar un
paseo en barco por los canales debemos ver el Rozenhoedkaai, el muelle del
Rosario, el lugar más popular de Brujas.
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El Ayuntamiento |
¿Nos
vamos a conocerla?
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