viernes, 14 de enero de 2022

Leyenda del nacimiento del primer Chamán

 


Shamán o Chamán en lenguas de la lejana Siberia significa «el que sabe». El que sabe curar enfermedades mediante hierbas, raíces, sustancias vegetales; el que sabe modificar la realidad; el que sabe por su inteligencia, intuición y capacidad de videncia, aliviar angustias, pronosticar el futuro, y aconsejar el mejor lugar para la caza. 

Los shamanes son un referente vital para sus pueblos. Los depositarios del conocimiento. Están muy presentes en las sociedades cazadoras y recolectoras de África, América, Asia, Oceanía y también lo estuvieron en culturas prehistóricas de Europa. 

En ellas cumplen un papel importante como único intermediario con los espíritus.

He aquí la leyenda.

Un joven persa enfermó y fue dado por muerto. Pero, realmente lo que le sucedió es que cayó en un sueño muy profundo. Los pájaros negros lo tomaron y lo elevaron al cielo, hacia el mundo superior regido por las aves. Allí fue criado y educado por ellos.

Cuando adquirió el grado de conocimiento deseado por dichos pájaros, lo redujeron al tamaño de un embrión y lo depositaron en el vientre de una mujer. Así, volvió a nacer en el seno de una nueva familia sin tener recuerdos de su pasado. Según crecía, iba descubriendo que tenía poderes curativos, y se dedicó a curar a los enfermos, a crear ungüentos, a recuperar las almas perdidas, en fin, a utilizar todos los recursos que la naturaleza ponía a su alcance.

Enseñó sus conocimientos a varios pupilos desarrollándose así la tradición shamánica oriental. La propia naturaleza se encargó de ser el enlace entre ella y los hombres, y nos recuerda, de vez en cuando, que está ahí, y que si nos portamos bien con ella revertirá en beneficio propio.

Se dice que Alvar Núñez Cabeza de Vaca, jerezano de nacimiento, primer explorador de Norteamérica tuvo que convertirse en chamán para sobrevivir, cuando fueron sometidos a cautiverio y servidumbre por los indios carancaguas. Estos creyéndoles seres extraños o dioses les mandaron sanar a los enfermos soplando sobre ellos, y con aquel soplo y las manos echaban fuera la enfermedad.  

 

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