lunes, 14 de marzo de 2022

Juana I de Castilla

 



Conocida como «Juana la Loca» era la tercera hija de los Reyes Católicos. Su estado mental constituye uno de los enigmas de la historia de España. Se ha escrito que pudo padecer de melancolía, trastorno depresivo severo, psicosis, esquizofrenia heredada…

Nació el 6 de noviembre de 1479 en Toledo. Como era costumbre en esos siglos, Isabel y Fernando negociaron los matrimonios de todos sus hijos, con el fin de asegurar objetivos diplomáticos y estratégicos. Y en 1496 casó con Felipe «El Hermoso», hijo de Maximiliano I.

En sus diez años de matrimonio tuvieron seis hijos y todos llegaron a ser reyes: Leonor reina consorte de Portugal, Carlos I rey de España y emperador del Sacro Imperio, Isabel reina consorte de Dinamarca, Suecia y Noruega, Fernando emperador del Sacro Imperio, María reina consorte de Hungría y Bohemia, Catalina reina consorte de Portugal.

Era una mujer culta e inteligente que, sin embargo, fue utilizada por reyes, nobles y plebeyos en sus disputas por el poder. Daba muestras de escepticismo religioso y poca devoción por el culto y los ritos cristianos.

En 1504 muere Isabel la Católica y Juana es proclamada reina de Castilla, tras la muerte de sus hermanos Juan e Isabel, y de su sobrino el infante portugués Miguel de la Paz, pero en «La Concordia de Salamanca» es obligada a compartir reinado con su marido y su padre.

En 1506 tras la muerte de Felipe, se la declaró incapacitada para ejercer las tareas de gobierno. Con el cadáver de su esposo recorrió Castilla, hasta que en 1509 Fernando el Católico ordenó que fuera encerrada en Tordesillas, junto con su hija Catalina. Allí permaneció durante cuarenta y seis años, hasta su muerte en 1555.

El levantamiento comunero, 1520, la reconoció como soberana en su lucha contra Carlos I. En Tordesillas Juan de Padilla se entrevistó con ella, recibió muy buenas palabras, pero los comuneros, como antes los partidarios del rey, tropezaron con la férrea negativa de doña Juana, a la que ni ruegos ni amenazas hicieron firmar papel alguno.

 Nunca se le retiró el título de reina.




 

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