sábado, 1 de julio de 2023

Amantes de mis cuentos: Mis sueños

 





La noche cuenta quién soy a través de los sueños. Y me gusta. En cuanto mamá me dice ¡A dormir!, salgo como una flecha, me meto en la cama y con la sábana tapo mi cabeza. Así llega la modorra más rápido. Las imágenes son claras: un día soy astronauta, otro bombero, ayer soñé que era un gran futbolista. Desperté feliz. Hoy no sé en qué me convertiré.

Zzz… zzz… zzz…

Mi nombre es Nube Roja. Nací un día de marzo con la llegada de la primavera, el mes de la siembra. Nuestra tribu vivía en la Gran Pradera e íbamos de un lado para otro llevando el tipi a la espalda.

Allí donde había bisontes, acampábamos. El bonito animal nos daba de comer y también nos proporcionaba su piel para vestirnos, su vejiga nos servía de saco y con sus huesos hacíamos cucharas, martillos, cuchillos. En las fiestas tocábamos los tambores y saltábamos alrededor del fuego gritando «Uuuuuu Uuuuuu».

La mayor hazaña de un guerrero era tocar al enemigo con la mano o con un bastón muy adornado. Así… Toc, Toc. Se le vencía sin necesidad de matar.

Con la llegada del hombre blanco, nuestro mundo se desequilibró. Llegué a ser uno de los mejores jinetes. Los caballos eran grandes aliados para ir de caza y hacer la guerra. Incluso un pájaro debe defender su nido, decía el Gran Jefe.

Y corriendo por la pradera donde el viento baila en libertad y nada puede romper los rayos del sol, encontré una cabina de teléfonos roja que sonaba y sonaba y sonaba... Mi caballo movía la cabeza para que diese la vuelta. ¡Estuve tentado de no coger el auricular! Al final el deber se impuso. Era mi madre que me recordaba que tenía que ir al colegio.

 

© Marieta Alonso Más

 

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