Alma de mariposa en busca de la claridad
que ilumine sus días y también sus
noches.
Vas libando el néctar de las flores.
Huyes de la oscuridad −no eres polilla−.
Abrazas la luz, el sol, las mañanas, la
luminosidad.
Vida efímera
que se va transmutando, transformando.
Gusano... capullo... crisálida...
para al final volar libremente hacia la
eternidad.
Tus colores componen un paisaje
equilibrado,
un ambiente ameno de imágenes pacientes.
Agradable compañero de viaje
que sueña con la libertad de la risa.
¡Vuela..., vuela...!
Y pósate en mi piel desnuda de palabras.
© Sol Cerrato Rubio
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