viernes, 17 de febrero de 2017

Mariana Romero-Nieva: Se quedó vacía

                           
La Primavera, 1873
Pierre Auguste Cot.








Todo lo dio. Su amor. Su juventud. Sus ilusiones. Sus  alegrías. Sus sueños. Sus risas. Sus  abrazos. Sus besos.

Se quedó vacía como una pompa de jabón, ligera como un soplo en el aire.

Se quedó dormida y voló… voló por el camino de los sueños.

Allí se encontró con un inmenso espacio llamado Libertad. En ese desconocido lugar se quedó.

Quería vivir  libre, sin ataduras ni formalismos, con las alas abiertas, desnuda de todo lo que fue suyo y que poco a poco lo dejó en un mundo adónde sólo habita el egoísmo.

Se sintió  libre, pero a la vez, vacía de todos los sentimientos.

Caminaba sin risas, sin ilusiones, sin amor, sin sueños, sin besos, sin   abrazos.

En ese deambular se encontró con la Esperanza que se paseaba con los brazos abiertos llena de luz, de alegría, de proyectos, de ilusiones.

Ésta le preguntó ¿Por qué caminas tan ligera y trasparente?

No contestó. Dio un recorrido por su vacío y le mostró el agujero que tenía en su alma al haberla despojado, sin saber por qué, lo fue dejando en el camino de su vida.

La Esperanza con su ilusión se acercó a ella, la envolvió en su verde color y empezó a sentir un nuevo renacer.

Le mostró hermosos paisajes. A lo lejos le señalaba un mundo de colores y alegría que podría alcanzar si renacía en ella la ilusión, la lucha y el esfuerzo.

Siguió caminando y se encontró con la Confianza. Iba agotada, el  camino por donde la dirigió la Esperanza era muy duro, luchó con desánimo, se sentía derrotada. Le faltaban las fuerzas.

Se acercó a la  Confianza: era dinámica, decidida y caminaba con  mucha seguridad. La acogió con sus largos brazos que abarcan todas las derrotas, las desilusiones, los fracasos, y la dirigió por un camino adonde le mostró que con ella todo lo podía conseguir.

La Confianza vestía colores muy alegres, todo en ella era desenfado, alegría, positivismo.

Caminaron juntas, le hacía ver lo bonito, fácil y divertido que era todo con ella de la mano.

La llenó de sensaciones que nunca sintió. Empezó a ver una hermosa puesta de sol. Un horizonte claro que podía casi tocar con su mano.

La luz del mundo se iluminó ante sus ojos.

Ese vació en el que quedó, empezó a llenarse y se sintió… Libre, esperanzada, confiada y llena de vida.

Cuando toda en ella era Libertad, Esperanza, Confianza se     encontró con el Amor. Ese “Viejo Sabio” que anida en el corazón de todos los seres humanos.

Le acarició el alma y con esa caricia empezó a  ver todo lo que le  parecía perdido. La ternura de los besos. El calor de los abrazos  ¡Qué regalo! Las sonrisas  que repartió. Las palabras que mitigaron  dolores…

Se sintió plena de felicidad al entender que todo lo que había dado fue siempre por “Amor”.




 © Mariana Romero-Nieva

1 comentario:

  1. Bonito: "La Confianza vestía colores muy alegres, todo en ella era desenfado, alegría, positivismo".

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