miércoles, 19 de abril de 2017

El pájaro carpintero y el tucán

Pájaro carpintero





Los pájaros carpinteros trabajan muy duro para tener un hogar donde vivir. 

Sus casitas en los árboles le dan cobijo y además, pueden dejar a sus polluelos tranquilos sin que nada malo les pase, ni los depredadores los ataquen. 


En cambio el tucán no sabe hacer una casita. 

Siempre está yendo de aquí para allá, y duerme en las ramas de los árboles.   

Un día, se hallaba un tucán volando por los aires y se topó con un pájaro carpintero que estaba en plena faena. Se sorprendió mucho al ver tan buen trabajo y se pusieron a charlar.

Al poco rato le preguntó el tucán al pájaro carpintero si podría construir una casita para él, cuando terminara la suya. El trato se llevó adelante.  

Al finalizar el pájaro carpintero la edificación de su casita, comenzó en el árbol de al lado con la vivienda para su nuevo amigo y vecino. El tucán, a cambio del trabajo que quedó muy bello, le dio algunas plumas de su pelaje y las colocó con cuidado sobre la cabeza de su amigo el pájaro carpintero, que fue feliz con este detalle que hoy en día tanto le gusta lucir. Antiguamente solo el color negro y el blanco cubrían toda la extensión de su cuerpo.


La amistad continuó entre estas dos aves de la naturaleza, ya que nunca más se ha vuelto a ver a un tucán que no tenga donde ir a dormir, y como los pájaros carpinteros no se quedan para siempre en sus casitas armadas dentro de los árboles, los tucanes, muy avispados ellos, vuelan y vuelan hasta encontrar una casita sin nadie dentro, para poder habitarla y no estar en la intemperie con lo peligroso que puede ser para un tucán.  


Tucán


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