domingo, 21 de enero de 2018

María del Carmen Aranda: La traición

Símbolo de un corazón roto






«La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado
a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una
conciencia honrada y pura».

VICENTE ESPINEL (1550-1624)
Sacerdote/escritor español






Aquel día Carol salió en su busca, estaba cansada, harta, aburrida, no podía más. Era como huir hacia un final sin fin.

Con la cabeza nublada de turbios pensamientos, sentía un dolor punzante en el alma. Le faltaba el aire, le temblaban las piernas sintiendo cómo se repetía una vez más la misma situación; la humillación presa e inerte ubicada en un pequeño rincón de su gran corazón.

Necesitaba correr, evadirse, y empezó a callejear reflexionando y viéndose a sí misma, patética, desecha de dolor.

Horas más tarde, recibía la llamada de su amado con excusas bien diseñadas, con mentiras perfectamente hiladas y Carol, a pesar de ser conocedora de que todo era una farsa, como una pieza de sainete dramática y jocosa, de nuevo le aceptaba.

Ella era una mujer atractiva, sensible, paciente, llena de alegría y color, pero cuántos días le acompañó el silencio disfrazado.

Saturada por el vacío que asediaba su casa, le llamaba, pero él no contestaba.

«¿Y ahora dónde estará? ¿Pero por qué no contesta? ¿Por qué no me llama?», incesante y hasta casi enloquecer, una y otra vez se lo preguntaba.

¡Pobre Carol! ¡Qué bien disimulaba su tristeza ante el resto de los ojos que, incrédulos a su aparente bella historia de amor, la observaban!

Hoy, después de mucho tiempo, le ha dicho adiós.

Aquella tarde, Carol decidió cerrar esa puerta que día tras día abría con la esperanza y cerraba con desilusión. Hoy, por fin ha cerrado esa gran puerta de realidad irreal a pesar de su contradicción.

Pobre de aquel hombre de doble vida llena de mentiras que dejó, presa tras esa puerta y que Carol cerró, la gran oportunidad de su vida: «El verdadero amor».

La verdad es dolorosa, pero a veces se necesita para poder avanzar.

Cerrar puertas a sueños fallidos es necesario para abrir nuevas ventanas que hagan entrar la luz y así nos empujen e irradien para caminar hacia un futuro mejor dejando atrás la mentira y la traición.



© María del Carmen Aranda

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