Cuento inspirado en una
melodía:
Esther de Yann Tiersen
La lluvia cae y tus pasos
retumban como notas traídas por el viento. Esas notas que gritan tu nombre, que
hablan de ti. Te has ido.
Acaricio este piano… testigo
mudo de mi llanto, conocedor de mi tristeza, mi añoranza, mi dolor. Nunca supe expresar
mis sentimientos. Solo sabía volcar, a través de la música, mi devoción por ti,
como si fuera obligación tuya entender esos sonidos, esos silencios.
Mis manos se deslizan por las
teclas blancas y negras, con la misma pasión que lo hacía por tu cara, por tu
cuerpo. Te has ido sin haberte dicho cuánto te quería. Pensaba que teníamos mucho
tiempo por delante.
La lluvia sigue cayendo,
monótona. Un relámpago ilumina el salón y estás a mi lado, sentada en la
butaca, tu pierna roza la mía y deslizas un largo beso, por mi mejilla,
mientras tocamos juntos la misma melodía. Yo no supe demostrarte mi amor. Tú sí...
al volver.
© Marieta Alonso Más
No hay comentarios:
Publicar un comentario